MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** La herencia revolucionaria

En el marco del día de la Revolución Mexicana, que a la postre vino a encumbrar al poder a un grupo de personajes que dejaron mucho que desear, se hace imperativo analizar sobre las ventajas y conveniencias de apostar por un método diferente al de la violencia. Los de hoy, son tiempos que reclaman de liderazgos que aporten a favor de la paz, estabilidad y desarrollo.

Así es, La historia de nuestro país es cruenta. Nos revela las más bajas pasiones humanas. La dura realidad de lo que es la lucha por el poder. Es cierto, Porfirio Díaz ya se había eternizado en el cargo de presidente y era necesaria la democracia. Hubo aciertos en obra de infraestructura durante su gestión, no todo fue negativo. El punto es, que Francisco I. Madero encabezó uno de los mejores movimientos de la historia, bajo el lema: “Sufragio Efectivo No Reelección”, logrando, al final de cuentas, vencer al dictador.
Pero, después de esto, se desbordaron las más bajas pasiones. La ambición en su máxima expresión. Las traiciones y la decena trágica que tiene como centro el asesinato de Madero. Y todo como parte de la cortesía de una mentada revolución, que si nos fijamos con atención, vino a encumbrar al poder, a un puñado de personajes, que si bien aportaron en materia de infraestructura, no podemos olvidar que protagonizaron más historias de ambición, corrupción y todo tipo de desmanes.
Soy de los que poco he entendido los beneficios de esa revolución que vivió el país. Hasta hoy, no he encontrado los beneficios. La tierra ya sabemos cómo se utiliza para el clientelismo electoral. Para el control de los caciques por medio del fertilizante. Como medio para crear más programas paternalistas. Y para la siembra y cultivo de enervantes. En suma, agudizar la pobreza, como medio de control, ha sido uno de los logros de los mentados herederos de la revolución.
Hablo sin etiquetar partidos, porque al final de cuentas, los dos partidos con mayor fuerza en el país, PRI y PRD, surgieron de donde mismo. Por eso, historias de saqueos y colusión con grupos delincuenciales, hoy en día, no debieran sorprendernos. Porque el corte de tijera ha pasado por todos lados.    
El caso es, que en el marco de la cuestionable herencia revolucionaria, parece oportuno hacer un análisis, sobre los métodos arcaicos que siguen utilizando algunos grupos, como hoy sucede con el movimiento surgido por el caso Ayotzinapa. Porque es evidente que la violencia no nos habrá de traer paz y armonía. Y que la violación a la ley no nos habrá de regresar la tranquilidad y vivir libres de la impunidad.
El reto es bueno y grande. Para esto se requiere de líderes excepcionales, que tengan como única premisa; hacer el bien. La mayoría de los Guerrerense anhela la paz. Y en Chilpancingo son ya varias las manifestaciones a favor del cese del vandalismo de los cetegistas y normalistas, a efecto de buscar un camino que a todos convenga y conduzca a vivir en paz y armonía social.  
No se ve, en la capital de Guerrero, gente que desde su casa esté lista para tomar las armas éste 20 de noviembre. Lo que se aprecia, es gente que desea trabajar y buscar un cambio basado en decisiones más sabias. Que simple y sencillamente, las cosas se hagan como lo que somos: Seres humanos. Esa es la cuestión.

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