OPINION

Por Manuel Tello Zapata

Otra vez la burra al trigo

Nuevamente, el grupo de vándalos y porros enmascarados que abren en forma acostumbrada las marchas organizadas por la CETEG, Ayotzinapa y algunos sectores de la Universidad Autónoma de Guerrero, volvieron a cometer excesos, ahora en contra del edificio donde opera la Fiscalía del Estado. Los rebeldes sin causa se dieron vuelo destruyendo mobiliario, violentando vehículos, cinco de los cuales fueron incendiados, y saqueando el edificio en forma por demás impune.

Decía el gran filósofo y cantautor Facundo Cabral, que “La culpa no es del cerdo, sino de quien lo alimenta”. Por más que los padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos, los dirigentes cetegistas y de Ayotzinapa, gritan y se deslindan de estos actos violentos, argumentando que son grupos infiltrados que nada tienen que ver con ellos quienes los cometen, la realidad es otra. 
Si no tienen nada que ver con ellos, ¿Por qué siempre van a la vanguardia de las marchas, bien armados con palos, machetes, cuchillos, varillas, bombas molotov, piedras de grueso calibre, etc.? Ninguno de los dirigentes u organizadores les pide que se salgan del movimiento, nadie se opone a sus actividades delincuenciales. El  que calla otorga, sin duda. 
En la ciudad de México, los miles de ciudadanos y estudiantes que marcharon ayer para protestar contra el Presidente Peña Nieto, exigían a los enmascarados que no cometieran actos de violencia porque gritaban: “La marcha es pacífica”. ¿Porqué en Guerrero los dirigentes no imponen la cordura? Seguramente porque forman parte de la embestida caótica que busca desestabilizar a nuestra entidad. No hay de otra.
SERIA INDEFINICIÓN
Todo el estado caótico que estamos viviendo en Guerrero y otras entidades del país como Oaxaca y Michoacán, tiene su origen en la falta de resultados por parte del gobierno federal, para esclarecer el paradero de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que la policía municipal de Iguala entregó al grupo delincuencial “Guerreros Unidos”. A más de dos meses de haber sucedido tan lamentables sucesos, no es posible que no se sepa nada de su paradero y la gente supone que la Procuraduría General de la República ya le sacó la verdad a los sicarios detenidos, aunque sea con métodos del siglo pasado.
Si los 43 estudiantes fueron asesinados en el marco de la gran ola de violencia y crimen que vive el Estado de Guerrero desde que comenzó el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, ¿Por qué la PGR no lo dice en forma oficial? Seguramente esperan los resultados que puedan dar los peritos de Austria que estudian el ADN de los restos que fueron incinerados junto al basurero de Cocula. ¿Y si no logran detectar ADN de las cenizas y huesos carcomidos?
Esta incertidumbre está produciendo una serie de leyendas urbanas y campestres que solamente generan más dudas, como  esas versiones de que tienen a los estudiantes esclavizados, sembrando amapola y mariguana en tierras de Tlacotepec, o que los traen como sicarios pagándoles un buen sueldo para que no se rajen. Lo más seguro, y es difícil decirlo; pero es mejor la verdad que las suposiciones, es que los jóvenes fueron asesinados por sus captores. Se trata de un crimen horrendo que no merecían estos muchachos y solo alguien fuera de sus facultades mentales pudo haberlo ejecutado y lo peor: ordenado a sus subalternos.
El Gobernador del Estado Rogelio Ortega Martínez la tiene difícil. Por una parte está su obligación como mandatario, de operar para que se respete el estado de Derecho. Por la otra, su convicción de izquierda, que lo hace sensible a los problemas sociales que se viven en nuestra entidad como la pobreza, marginación, falta de justicia pareja para todos, y lo peor: la inseguridad pública. La lucha social no se debe criminalizar y entendemos al Doctor Ortega Martínez sobre esta postura; pero esta lucha la criminaliza no el gobierno, sino quienes abanderando causas sociales justas, incurren en actos delictivos como los que se están viviendo de manera cotidiana en Guerrero.
Es necesario que la movilización nacional que se está realizando contra el Presidente Peña Nieto, haga pública su demanda de evitar que sus marchas y movilizaciones incurran en actos de violencia que afecten a terceros. Porque si se continúa con este estado de cosas, jamás podrán tener el apoyo mayoritario de los mexicanos. Al cumplirse ayer dos años de que EPN asumió el poder, no fueron más de cincuenta mil quienes salieron a las calles para gritar su repudio al Presidente. Somos más de 150 millones de mexicanos. En números fríos, con las movilizaciones Peña Nieto debe estarse muriendo… pero de risa, ante la pequeña ofensiva, con más resultados mediáticos que reales, gestada en su contra por López Obrador y otros. 
EXITOSO EVENTO
Con gran éxito se realizó en el puerto de Acapulco la “Cabalgata por la Paz 2014”, que fue encabezada por el Doctor Javier Saldaña Almazán, Rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, institución que con otras organizaciones ecuestres organiza en forma anual dicho evento, que fue emotivo y alegre; que gustó a los turistas y paseantes en nuestro bello puerto, y que también sirvió para demandar paz y mejor seguridad pública en Guerrero, así como la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. A la cabalgata asistieron más de tres mil jinetes provenientes de diversos estados, que dejaron buena derrama económica. 
En esta ocasión no asistieron muchos políticos, pero si gente de la sociedad civil que acompañaron a Saldaña Almazán en el recorrido por la Costera acapulqueña. Aparte de cumplir con sus responsabilidades de lograr el mejoramiento académico y una buena organización al interior, el Rector de la UAGro, Javier Saldaña, se mantiene como el principal promotor de la máxima casa de estudios ante la sociedad guerrerense y mexicana en lo general. Eventos como la cabalgata por la paz sirven para darle una buena imagen, tanto a nuestro  bello puerto de Acapulco, como a la propia institución universitaria.
MUCHO CUIDADO
Es necesario que nuestros diputados locales tengan mucho cuidado a la hora de elegir al próximo Fiscal Guerrerense, antes Procurador General de Justicia, para evitar que personas carentes de la propiedad y legitimidad necesarias, puedan ser tomadas en cuenta sin tener los méritos y merecimientos suficientes. Es el caso de la Licenciada Blanca Estrada Ortega, de quien fuentes dignas de crédito nos aseguraron que esta persona fue inhabilitada por un Período de diez años, a raíz de los acontecimientos sucedidos en Aguas Blancas, cuando la susodicha laboraba en Averiguaciones Previas de la Procuraduría  General de Justicia. Atención.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario