MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** El regreso del caballero de la armadura oxidada

Tres amigos exploradores caminaban por el bosque. De pronto se encontraron con un árbol muy especial. Al inspeccionar, se dieron cuenta de que sus frutos producían una sustancia. El líquido era venoso. Esa situación, puso a los tres a pensar, sobre qué hacer con aquél árbol. El primero de ellos, después de analizar la situación, expresó: “debemos tomar medidas drásticas con éste árbol, ya que constituye un peligro para la gente. Quienes vengan y no sepan de la fuerza de su veneno, pueden sufrir y padecer hasta la muerte. Por lo que, mi propuesta es cortarlo”.

Entonces, el segundo tomó la palabra para decir: “comparto tu preocupación, más creo que no es necesario cortar el árbol. La gente que viene a explorar por éstos lugares, tomarían en cuenta las advertencias, por lo que mi propuesta es, que levantemos una cerca alrededor del árbol, y que además, coloquemos una leyenda advirtiendo sobre el peligro que representa”.
Luego de escuchar esto, tocó el turno al tercero, quien refirió compartir la preocupación de los otros dos, a efecto de evitar tener contacto con el veneno. Ya que ambos lo querían tener, lo más lejos posible. Sin embargo, puntualizó que en su punto de vista, esa no era la solución al problema, ya que lo mejor de todo, según su postura, era saber convivir con el árbol. Nada de cortarlo, ni encerrarlo. Lo que proponía, era investigar sus frutos, y con ello su veneno, porque tal vez, de esa sustancia negativa, podría salir algún medicamento”.
Esa es la importancia de saber procesar. En la vida, tenemos diferentes tipos de pensamientos y sentimientos. Son parte nuestra. Eso no va a variar. Desde que nacimos, traemos con nosotros ese equipaje. Y el punto es, que en ocasiones, lo que pensamos y sentimos, es de carácter tóxico. Es ahí, en donde debemos tomar la decisión de qué hacer con ese veneno. 
Cortarlo de tajo y negar la existencia de lo tóxico no ayuda y puede perjudicar al ser humano. Reprimirlo con una cerca, solamente sería crear una bomba de tiempo. De ahí la importancia de saber procesar lo que pensamos y sentimos.
La inversión en alimentar la inteligencia emocional es importante. No es casual, que a ésta inteligencia, se le denomine inteligencia del éxito. Sin duda, aprender a procesar lo que pensamos y sentimos, nos ayuda a ganar paz interna y a mejorar nuestro sistema de relaciones. Es vital, para el crecimiento humano, para ser mejor persona, saber qué hacer con los pensamientos y emociones tóxicas. Y lo más importante, aprender a sacar del veneno algo positivo. Saber procesar es el punto.
Nuestra recomendación de hoy es, leer “el regreso del caballero de la armadura oxidada” de Robert Fisher, en el que, mediante una forma amena y a la altura de todo público, aporta para crecer en la inteligencia interpersonal y en las relaciones afectivas. El mago Merlín está otra vez en escena, para dar sabios consejos. Esa es la cuestión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario