MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** El movimiento de los escenarios

Larry Bird, jugador de basquetbol en la liga NBA, la mejor del planeta. Había sido definido como una persona lenta y con pocas posibilidades para ser un jugador exitoso. Los expertos en materia de búsqueda de talentos, no daban mucho por él. Sin embargo, el joven deportista hizo caso omiso a todos esos comentarios, que lo pudieron llevar a renunciar. Se concentró en practicar.

Todos los días lo hacía con mucha entrega. En los “Celtics Boston”, encontró, no solamente un lugar para jugar en la liga de sus sueños, sino para convertirse en una leyenda. No era muy hábil, pero su inteligencia era basta para encestar desde cualquier ángulo. Una historia que nos habla, de que nada está escrito y que el ser humano tiene el potencial para cristalizar sus sueños.

Así es. Recordando algunos textos que hemos leído sobre diferentes estrategias que los políticos pueden tomar en cuenta para un proceso electoral, veía aquella de saber tener paciencia. De trabajar de manera constante, a pesar de que el escenario luzca adverso o algunos te digan que no se puede. No se debe permanecer inmóvil o cruzado de brazos. Es posible, siempre lo es, que exista un plan extraordinario de vida y lo más importante es ir a su encuentro trabajando para descubrirlo.

Existe una frase que se ha vuelto común en los círculos políticos, que es aquella de “nada está escrito”, que en pocas palabras, significa que los escenarios se mueven. Nadie se imaginaba, ni el mismo Rogelio Ortega Martínez, por ejemplo, que hoy sería gobernador de Guerrero. No sé si lo esté haciendo bien. El punto es, de que hoy es quien conduce las riendas de la entidad suriana.

En 1994, el PRI se alistaba para vivir un cambio. La candidatura de Luis Donaldo Colosio lucía fuerte hacia el exterior. La gente lo había adoptado bien. Se veía una ruptura con los políticos del pasado. Se presagiaba una manera distinta de gobierno. Sin embargo, en marzo se diluyó todo eso con la forma artera en que fue asesinado. Tras eso, desde un rincón, por lo bajo de su perfil, fue sacado a la luz Ernesto Zedillo, quien de esa manera, sin esperarlo, se convirtió en presidente de la república. De un paso gris y tibio, por cierto, al grado de llevar al PRI a la entrega del poder al PAN.

 El punto es, que todo está en movimiento. Los planes pueden ser unos y el resultado totalmente distinto. Los pronósticos pueden apuntar hacia una dirección y al final la balanza puede caer hacia el sentido opuesto. Lo anterior, podemos enmarcarlo en lo que está aconteciendo rumbo a la disputa por la próxima gubernatura, en donde hace algunos meses, se manejaba con mucha fuerza un solo nombre con amplias posibilidades, el del senador Armando Ríos Piter. Hoy, su proyecto luce lastimado. Fuera del PRD se aprecian complicadas sus aspiraciones.

En su momento, se pensó que se podría generar una gran alianza en torno a él. Sin embargo, sus amarres se comenzaron a debilitar, a tal grado de perder respaldos importantes al seno del partido del sol azteca. El que lucía como todopoderoso se encuentra lesionado. Golpeado. Y por el momento, fuera de posibilidades reales. 

En contraparte, a quién se veía débil, era al otro senador, a Sofío Ramírez Hernández, quien siempre se mantuvo trabajando. Nunca creyó en los que apostaban muy poco o nada a su proyecto. Y hoy, se encuentra convertido en uno de los más serios y fuertes aspirantes a la gubernatura. En mi apreciación, el de mayor cuidado. Y es así, porque está convertido en el representante del Aguirrismo. No olvidar, que es un grupo herido, y es esa precisamente, una de sus mayores fortalezas, ya que tienen la sensación de que el Gobernador Ángel Aguirre no debió pedir licencia. Entonces, tienen la posibilidad de revancha en las elecciones que se avecinan. Ahora llevando al frente al senador Sofío Ramírez.

  Los escenarios se han movido. Y las apuestas comienzan a girar en torno hacia otros nombres. Justo premio, para quienes se han mantenido trabajando, a pesar de las voces en contra y desalentadoras. Esa es la cuestión.