MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** ¿ESPERANZA, EN LO QUE VIENE?

Dios vio que las estrellas estaban aburridas. Todos los días hacían lo mismo y se veían poco entusiasmadas. Así que, sabiendo que la rutina mata a la pasión, se acercó para hablar con ellas y darles un encargo. Al llegar les dijo: “Para que hagan algo diferente, les voy a dar una misión, quiero que vayan a la tierra y convivan con los seres humanos. Después de un mes, quiero que regresen y hagan un informe de lo que hayan aprendido”. Como era de esperarse, las estrellas se pusieron felices.

El éxodo de las estrellas comenzó rumbo a la tierra, iban en el desfile de todos los colores, los conocidos por los humanos y hasta los desconocidos. Infinidad de estrellas viajaban a la tierra. Una vez que llegaron ahí, se establecieron y comenzaron a compartir con las personas. Vivieron diferentes experiencias. Vieron las grandes diferencias. Los excesos de quienes tenían poder. El crecimiento alarmante de la inseguridad, violencia y delincuencia, así como el consumo de enervantes. También fueron testigos del maltrato infantil, la pésima educación y el incremento de los niveles de corrupción, mediocridad y conformismo.
A su regreso, Dios encargó a sus ángeles para recibirlas y pedirles el informe. La mayoría de ellas iba desilusionada por lo visto y vivido, más contenta por regresar a cumplir con la misión para la que fueron creadas, Fue un informe largo y detallado. La situación de la humanidad era crítica. Del mes, solamente 4 horas habían visto paz.  
Todo parecía regresar a la normalidad en el espacio, hasta que un ángel se percató de un pequeño detalle, faltaba una de la estrellas. No había regresado con el equipo. Se trataba de la de color verde. Entonces le fueron a comunicar a Dios, quien envió a una brigada de ángeles a buscarla. Después de un largo recorrido la encontraron y la llevaron ante Dios.
Al llegar ante el arquitecto del universo, la estrella color verde se disculpó. Dios aceptó las disculpas y pidió una explicación. La rebelde dijo: Durante el viaje vi muchas cosas negativas, pero me detuve en donde encontré personas que se levantan con el deseo de que la situación cambie. Con el deseo de que los niños tengan un mundo mejor. Con el deseo de que el poder sirva. Con el deseo de mejorar el sistema educativo. Con el deseo de que las diferencias disminuyan. Por eso me quise quedar, para ser luz de esas personas”.   
A dios gusto mucho la obra de la estrella verde, que desde ese entonces, decidió dejarla para siempre en la tierra y la bautizó con el nombre de: Esperanza.
Traje hoy ésta historia, por las elecciones que se avecinan, con las que muchos esperamos que las cosas tomen un rumbo diferente. Es bueno ver, que en los partidos tienen que abrir espacios a rostros nuevos, así como enaltecer el respeto por la equidad de género. Y por supuesto, dar voto de confianza a quienes han hecho bien las cosas. El punto es, que se anhela un futuro mejor. 
La esperanza va depositada en mujeres como Beatriz Vélez Núñez, que por primera vez, buscará que una mujer sea diputada federal por el séptimo distrito. En un Guillermo Reyes Villela, que después de largos años haciendo talacha, espera que su partido le haga justicia por el primer distrito local. En un Ignacio Basilio García, que luego de cumplir con obras y acciones positivas en su municipio, se perfila para buscar la diputación local del distrito 19.
Hay gente buena que desea un cambio positivo y quiere aportar en esa ruta. Creo que la estrella verde anda haciendo su trabajo. El punto es, que la esperanza necesita de personas que tengan fe y confianza de que los sueños se pueden conquistar. Como sociedad, ¿Hacia dónde vamos a caminar, con nuestro voto, el primer domingo del mes de junio? Esa es la cuestión.

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