MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** SUSPEG, la firma con valor legal

La dama se acercó a quien hacía un dibujo con gran habilidad. Al llegar ante él, le dijo: “¿Me puede hacer un retrato?”. La respuesta fue un sí. Entonces el artista puso manos a la obra y en cuestión de minutos el trabajo estaba concluido: un maravilloso retrato. Como se dice de manera coloquial, solamente le faltaba hablar. La dama quedo profundamente emocionada.

Lo bueno de la historia, vino cuando preguntó el precio del trabajo, siendo la cantidad de 5 mil dólares, a lo que con molestia cuestionó: “¿Por qué tanto, si únicamente te tardaste unos minutos en hacerlo?”. El artista la miró a los ojos y le comentó: “no se trata del tiempo, en el trabajo va mi rúbrica original, que representa años de esfuerzo, trabajo, entrega, pasión, estudio y hasta la fama que hoy tengo”. 
“Mis obras están avaladas por el reconocimiento que hay en mi trabajo y mis dibujos hoy se compran en grandes sumas económicas. Es el precio de lo que hay en ese garabato, que de firma ha pasado a ser un autógrafo.” Agregó el artista.
La anécdota nos sirve de marco de referencia, para recordarnos que detrás de una firma que vale, existen o deben existir fuertes respaldos. Y lo decimos, por lo que ha pasado en el conflicto magisterial, en donde se ha demandado seguridad laboral y la garantía del pago de las quincenas, luego del retraso que se presentó con la segunda quincena del mes de enero.
Resulta que el SUSPEG, liderado por el profesor Adolfo Calderón Nava, logró, con mucha anticipación, lo que después, según lograría la CETEG, que en realidad, ya no tenía nada que hacer, puesto que en el aspecto federal, también el SNTE ya se había anticipado a la situación. El punto es, que sus movilizaciones fueron innecesarias, desgastantes y en detrimento de alumnos y la misma población. Por eso es entendible, que como parte de su molestia, ante la eficacia que mostró la dirigencia del SUSPEG, hayan ido a quemar las instalaciones.
Lo peor y grave del caso, es que además de sacar los acuerdos que ya había logrado el SUSPEG, con Adolfo Calderón, todavía signan el documento personas o trabajadores que no tienen ninguna representatividad legal. En pocas palabras, firmas que no tienen validez legal. Habría que recordar, que para erigirse como representante y líder de una organización sindical, se tiene que pasar por un proceso y avalado por sus órganos de gobierno, para que después los tribunales le otorguen la toma de nota. Y en el caso del SUSPEG, la votación de los trabajadores, el consejo y el Congreso le dieron el poder a Adolfo Calderón, quien por cierto, ya depositó la minuta signada con el Gobernador ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, a efecto de dar mayor certeza a los trabajadores.
De esa manera, el líder del SUSPEG, en el mejor de los escenarios, ha logrado que el Gobierno se obligue a no retrasar más los pagos y a dar garantía laboral a los maestros. En tanto, en el peor de los escenarios, con cualquier atentado al acuerdo, que se incluye como parte de las condiciones de trabajo, la organización tendría todo el respaldo legal para ir a huelga, con la certeza de todas las posibilidades de ganar. Así es, cuando se hace imperar el estado de derecho. Cosa que no puede suceder con una minuta signada por personas sin sustento jurídico, como la lograda de manera retardada por la CETEG y un grupúsculo de oportunistas que signan el mentado documento.
Es claro, después de ver la reunión de 60 secretarios seccionales del estado, en torno al líder del SUSPEG, Adolfo Calderón Nava, que su actuación en el conflicto magisterial ha sido oportuna, eficaz y con buenos resultados. La minuta de acuerdos es una muestra clara de ello. Así como la copia de los mismos, lograda más tarde por los cetegistas y disidentes.
Los hechos hablan de quien ha actuado de manera puntual y con efectividad. Como también, del por qué es causa de envidia de algunos otros, que siguen pensando en crear problemas. Vivimos en un estado de derecho. Las firmas que valen ya están en el Tribunal para dar certeza laboral y de pago a los trabajadores. Logro de la dirigencia estatal del SUSPEG, liderada por Adolfo Calderón Nava, quien tiene en su haber, la firma con valor jurídico. Esa es la cuestión.

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