EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

Por Ramón Durón Ruíz

Te das cuenta desgraciado…

“El amor está íntimamente ligado a nuestra naturaleza primigenia… el miedo a nuestra creación limitante” En cualquier espacio de tu ser donde haya un resquicio de miedo, habrá por analogía una noche sin fin y sin estrellas, ahí, date la oportunidad de poner una buena dosis de amor, verás que como por arte de magia el miedo –que oculta tus poderes– se desvanece y despiertas la inagotable policromía que hay en tu vida.

Cuando nos damos cuenta que estamos hechos para la felicidad, contactamos con nuestra alma, luego entonces brota del manantial inagotable de nuestro interior el amor incondicional, que viene siempre acompañado de una inagotable creatividad.
Todos los seres humanos somos creativos por naturaleza, unos se dedican a crear el mal, otros a cultivar el supremo arte de crear el bien, tu vida se refleja nítidamente en el espejo de lo que día a día creas.
Cuantas veces se nos dificulta creer en nosotros mismos, no darnos tiempo-espacio para despertar la belleza y al gigante que vive en nuestro interior, será que sin saber ¿Por qué? le tememos a la luz del alma y al energético y terapéutico poder generado por el amor incondicional.
Venimos a éste mundo por amor, a amar y ser amados, a creer en nosotros mismos, a crear un mundo espectacular, a fortalecer nuestra férrea voluntad para ser cocreadores de nuestro destino.   
La vida ha enseñado a éste Filósofo que “Eso que llamamos casualidad… surge de la más profunda fuente del destino” porque una cosa queda clara estimado lector, mi alma y la tuya… no se cruzan por casualidad, en una retroalimentación recíproca, algo tienes que enseñarme a mi, y yo, algo modesto que compartir amorosamente contigo.
HOY hazte amigo de tu mente, eres lo que piensas, cambiarás de cuajo positivamente tu vida, tendrás paciencia, tolerancia, entusiasmo, fe, carácter, confianza, te llenarás todo de amor, creerás en ti mismo, te atreverás a romper viejos paradigmas limitantes, que atrofian tus alas… disfrutarás el camino.
Entonces comprenderás que es vital tomar conciencia de que “Aquel que sabe a dónde va… tiene la mitad del camino recorrido”
Y la pregunta es HOY –porque la vida se vive en el HOY– ¿a dónde vas?  Yo digo que vas a estar en armonía y equilibrio con el universo, vas a crecer físicamente, a evolucionar espiritualmente, a perdonar, a dar desinteresadamente, amar, creer, crear, ser feliz y a trabajar en tu trascendencia. 
Nacemos con el valor extraordinario del amor, que nos lleva a jamás dejar de aprender, porque cuando dejamos de aprender… dejamos de crecer; amar es crecer, es encender y compartir el fuego Divino que habita en nuestra alma; amar es cada nuevo amanecer darnos tiempo de sonreír, que es una manera sencilla de agradecer a DIOS el milagro de la vida. 
Hay una frase sabia que afirma: “El ser humano genio nace… imbécil se muere” será porque omitimos poner a funcionar nuestra alquímica capacidad, de aprender a reinventarnos a cada paso del camino, para que nuestro corazón tenga mil y una razones para elegir vivir, dejando de sobrevivir y llegar a ser felices.
En mi tierra afirman que “no hay buen cocinero… ¡si no es buen salsero!”; en consonancia el humor del mexicano me enseña, que a veces hay que aderezar nuestra vida con una pizca de ingenua picardía, para conectar con una sana alegría; es importante recordarle que el humor del “campesino de allá mesmo”, siempre busca agradar… ¡No agraviar! –si usted es moralista puro, aquí termina mi artículo; sino, hágame el favor de continuar leyendo.
Resulta que el Filósofo de Güémez a media noche se levanta a tientas, colocándose por encimita sus viejos huaraches, se dirige a hacer pipi, ya en el baño mirándose “salve sea su parte” en un tono de resentimiento y de reclamo le dice: 
––Te das cuenta desgraciado, cuando tu tienes ganas… ¡YO SI ME LEVANTO!

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