Cosas urgentes que necesita Guerrero: menor desigualdad

Me atrevería a decir que el principal problema que enfrenta Guerrero es la desigualdad. Nuestro Estado es una entidad con una de las brechas sociales más profundas de todo México. El tema es triste y hasta vergonzoso porque la pobreza que caracteriza las condiciones de vida de muchos guerrerenses, responde en gran medida a la enorme desigualdad en la distribución del ingreso y las oportunidades.

Cada vez que menciono el tema en alguna discusión, alguien me responde que antes es necesario resolver conflictos “más urgentes” como la violencia y la inseguridad. La desigualdad se contempla como un asunto demasiado difuso para el que no parece haber soluciones concretas. Peor aún, es un problema que se esconde detrás de ciertas ideas que hemos aceptado como incuestionables. Parece lógico asumir que la creciente disparidad entre ricos y pobres es un asunto natural que se deriva de la libre competencia.
¿Alguna vez se han preguntado cuáles son los efectos reales de la desigualdad sobre nuestra vida cotidiana? Richard Wilkinson propone que en sociedades con mayores niveles de desigualdad, perdemos la confianza, se incrementan las tasas de ansiedad, estrés y enfermedades, además de dispararse nuestras impulsivas actitudes consumistas. Para este investigador, crecer en sociedades desiguales moldea nuestra experiencia de las relaciones humanas y nos lleva a pensar que el ser humano es egoísta por naturaleza.
Más adelante comentaré tales ideas. Por ahora basta con mencionar, según dice el propio Wilkinson, que en sociedades con bajos niveles de desigualdad se desarrolla un fuerte sentimiento de comunidad, mucho menor violencia, altos índices de confianza y la prioridad de la gente se dirige hacia aquellos temas que se relacionan con el bien común.
Me parece que situar la desigualdad como un tema de primer orden, es fundamental si consideramos que a partir de ella se configuran las características de muchas de nuestras problemáticas sociales como la inseguridad y la pobreza. No tengo duda que un error recurrente de candidatos y gobernantes ha sido el sacar de la ecuación de sus propuestas el tema de la desigualdad. El resultado ha sido un derroche de recursos que sólo parchan temporalmente los problemas, e incluso, se convierten en un factor de conflictividad.
Por más dinero que se destina a infraestructura o a la política de desarrollo social, impulsada con el objetivo de cerrar estas enormes disparidades, es evidente que el manejo discrecional ha convertido a los programas gubernamentales en mecanismos para enriquecer a unos pocos, administrar la pobreza y explotar sus ventajas políticas. Guerrero es un claro ejemplo de ello.
Me pregunto si alguno de los candidatos que ahora buscan la gubernatura ha pensado en otras formas de solucionar el problema de la desigualdad que lastra a nuestro Estado, que no sea el inyectar dinero a más políticas asistencialistas o a obras que sólo benefician a sus círculos cercanos.
Confieso que al día de hoy, tengo muchas reservas hacia todos aquellas propuestas que enarbolan causas sociales sin explicar cómo las instrumentalizarán en sus programas de gobierno. La experiencia en Guerrero indica que quienes han gobernado en el Estado han hecho poco o nada por resolver de raíz el problema de la desigualdad. Si escribo estas líneas, es porque estoy cansada de ver cómo se ocultan o despilfarran los recursos públicos para satisfacer los intereses de ciertos grupos o individuos.
Sé que a algunos no les agrada mi crítica a los gobiernos de izquierda que han gobernado durante los últimos diez años. A mí tampoco me gusta la idea de reconocer que aquellos a los que apoyé han cometido graves errores. Sin embargo, no podemos negar que las condiciones en Guerrero distan mucho de ser las adecuadas, y que la obligación de los que gobiernan a nivel estatal, es justamente la de mejorar las cosas, no la de culpar a otros por el fracaso de sus decisiones.
Guerrero necesita con urgencia disminuir los grotescos niveles de desigualdad que lastran nuestro desarrollo. Éste, es problablemente el mayor de los retos que enfrentamos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario