Palabras Mayores

Ortega y Figueroa: corrupción y traición para que el PRD no pierda en Guerrero Por Jorge Romero Rendón

Por Jorge Romero Rendón
Es curioso escuchar cómo la campaña del PRD por la gubernatura sigue usando el mismo discurso de hacerse pasar como oposición antipriista, cuando en realidad lleva ya 10 años gobernando Guerrero y ha dejado un legado de inseguridad, violencia, ingobernabilidad, crisis económica, más pobreza, desorden y violación a los derechos  humanos; y simula una campaña de cambio que en los hechos busca conservar el poder para un pequeño grupo de dirigentes –los Chuchos-, avalados y apoyados ahora por el gobernador suplente Rogelio Ortega, y por lo peor del PRI, el exgobernador Rubén Figueroa y su hijo Rubencito.

Denuncias serias de parte de representantes del PRI, del PVEM, de MC y de sus diputados en el Congreso local han revelado la forma en que funcionarios del gobierno estatal están operando a favor de la campaña de la candidata perredista a gobernador, Beatriz Mojica Morga, que fue una de las condiciones que le pusieron los dirigentes nacionales del PRD a Rogelio Ortega para otorgarle seis meses más en el cargo.
Y sumado a eso están circulando en las redes sociales grabaciones que identifican a funcionarios orteguistas, con el secretario de Finanzas, Eliseo Moyao al frente de la operación de todo tipo de pagos en efectivo y en especie para ayudar a la perredista, usando recursos públicos y cometiendo no solo un flagrante peculado, sino delitos electorales de los que tendrán que responder dichos servidores públicos, sobre todo si se concreta la iniciativa de Juicio Político en contra del gobernador que está promoviendo la fracción del PRI en el Congreso local.
De la misma forma, se han filtrado conversaciones de perredistas con los Figueroa –padre e hijo-, quienes estarían operando sobre todo en Acapulco en favor de las campañas de Evodio Velázquez para alcalde, y de Mojica para gobernadora, pagándoles gastos y sueldos para la estructura figueroísta; el PRD se olvidó del tema Aguas Blancas y ahora resulta que le prometen puestos y le pagan jugosas cantidades al joven Rubencito con dinero que no se sabe de dónde sale, pero que cada vez se evidencia como un recurso de procedencia ilícita.
De manera que resulta evidente que los Chuchos están jugándose el todo por el todo chantajeando a un débil gobernador que delinque abiertamente malversando recursos públicos, y atizando la traición de los Figueroa contra el PRI que osó negarle la candidatura para la alcaldía de Acapulco al nene consentido de apellido Smutny.
Lo malo es que con esas malas artes podemos saber dos cosas: que en el PRD está dispuestos a todo con tal de mantenerse en el poder, incluyendo cometer delitos y crear una cadena de corrupción; y que están dispuestos a negociar con quien sea, igual que hace tres años pactaron con el crimen organizado para hacer alcalde de Iguala  a un José Luis Abarca que hoy está en la cárcel, y por cuya causa Guerrero vive la crisis política y de inseguridad más profunda de su historia.
PRD pide a Madero que Camacho decline por Bety.
Tal como han revelado algunas columnas de medios nacionales, los dirigentes del PRD –los Jesuses o Chuchos Ortega y Zambrano, que son los que mandan- están buscando un pacto con el máximo dirigente del PAN, Gustavo Madero para que los candidatos panistas a gobernadores declinen por los perredistas en Guerrero y Michoacán, a cambio de que los amarillos hagan lo propio a favor de los azules en San Luis Potosí, Sonora y Baja California Sur.
En teoría el pacto resulta atractivo para ambos partidos, ya que en los estados sureños los panistas no han logrado gran avance en las encuestas, mientras que los perredistas van muy abajo en el norte del país. Parecería un acuerdo genial para derrotar al PRI nada menos que en cinco estados en los que priistas tienen grandes posibilidades de ganar gubernaturas, si no fuera por el delicado momento político que viven ambos partidos.
Primero, por la pésima fama de los líderes del PRD que en todo el país son vistos como responsables del caso Ayotzinapa y de la cadena de protestas que llevan ocho meses poniendo de cabeza al país. Y pactar con ellos resultaría de grave cuestionamiento para los dirigentes en un PAN dividido y en el que dentro de unos meses se elegirá nueva dirigencia.
Y segundo, porque en Guerrero implica cortarle las alas al candidato Jorge Camacho, que a pesar de los siete puntos que ha alcanzado en las encuestas, es el aspirante panista que mejor desempeño ha tenido en muchos años; además de poner en riesgo el registro del PAN en Guerrero, que ya había perdido en el 2011, pero que por la corrupción de los anteriores consejeros electorales quedó sin efecto.
De manera que queda de todos modos la pregunta: ¿se la jugarán los panistas por una declinación ordenada desde arriba que encima no garantiza que el PRD rebase la delantera que ya lleva el PRI de Héctor Astudillo y a la amplia coalición del voto útil que en la Izquierda encabeza Luis Walton…?

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