El Poder legislativo local

Federico Nogueda Berdeja

En las Comisiones Legislativas, se debe evitar diputados, simuladores, demagogos, desgastados, quemados, grilleros, para dar paso a personajes más inteligentes, aun no sean muy conocidos.  Estamos cerca de la próxima instalación de la cámara de diputados local, que conformará el poder Legislativo del estado de Guerrero, tras una elección que fue precedida por varios decesos de candidatos, como un alcalde en funciones, no obstante el proceso salió adelante quizás no como todos hubieran querido, pero se logró el objetivo el que todos fueran a votar. 

La figura del poder Legislativo, como el propio Ejecutivo jugarán un papel trascendental en el reacomodo del orden social en el estado, especialmente hay más atención a los nuevos diputados locales electos, todos ellos conformarán el poder Legislativo donde ha recaído la mayor atención por parte de los ciudadanos quienes tienen una apreciación de ser legisladores faltistas e improductivos, que se quedan dormidos, gastalones del erario público. 

Antecedentes del propio poder Legislativo nos dice que la primera Legislatura que se instaló fue el 30 de enero de 1850, en la ciudad de Iguala la primera capital de Guerrero, integrada por 11 diputados entre ellos: Nicolás Bravo, Diego Álvarez, Juan José Calleja, José María Añorve de Salas, Félix María Leyva, Ignacio Castañón, Miguel Ibarra, Ignacio Cid del Prado, Eugenio Vargas, Tomás Gómez y José María Cervantes.

 Como suplentes fueron electos: Manuel Gómez Daza, Antonio Cano, Carlos Bravo, Miguel Quiñones, Mariano Herrera, Agustín M. Patiño, Juan Bautista Solís, Isidro Román, Luis Guillemaud, José Sierra e Ignacio Zamora.

Esa fue una historia del México independentista de personajes que les interesó en su momento, tiempo y circunstancias el reactivar al nuevo estado a la vida nacional después de crueles batallas con la corona española, pero lo lograron con limitaciones económicas comenzar a darle forma al nuevo Guerrero rural prácticamente olvidado entre la montaña, sierra y costas, lo llamaban salvaje. 

A hoy comienza una nueva historia con nuevos rostros pero con los mismos problemas, todos esperan que esta nueva Legislatura sea más productiva en todos los aspectos, que ponga atención en los tres principales problemas que experimentan a diario los ciudadanos, la inseguridad, la salud y los servicios públicos que incluye la infraestructura social para que transite el ciudadano con una mayor comodidad en sus ciudades. 

Hay otros más como la estricta vigilancia que le tengan a los nuevos alcaldes, que realmente sean castigados los presidentes municipales que caigan en ostentosidades, corrupción, nepotismo, la falta de obra realizada en sus municipios, es decir el desinterés que no lo vayan a pasearse en sus tres años de gobierno, que también sean productivos, que no nada más se dediquen hacer canchas de basquetbol, futbol rápido techado, fiestas del Santo Patrono. 

Aquí se necesita que el Congreso exija una evaluación trimestral para ver cómo anda en la aplicación de los recursos, apurarlos para que los apliquen y no los regresen incluso ya etiquetados, ya que este fenómeno se repite mucho por la falta de capacidad de los ediles, que no pinzan que pueden contratar un buen asesor. 

De no actuar o evitar hacerse parte del proceso de desarrollo del estado la próxima legislatura, no tendría razón de ser, pero sobre todo de poner diputados en las presidencias de Comisiones con prestigio, voluntad, aptitud, evitar a los quemados, desgastados, grilleros corrientes, demagogos, sapatras, simuladores, a esos que los entretengan en otras actividades. Se necesitan legisladores sensibles, visionarios, que piensen, razonen.

De evitar eso, la próxima Legislatura tendría respeto, seriedad, como prestigio que se irán ganando en la medida de los resultados obtenidos, de esa forma se evitarán tantas tomas en el Congreso y los plantones en las calles, sólo así estaríamos en un camino a un proceso seguro de avance en las responsabilidades.