Memorándum

*** La impugnación en Chilpancingo

Por Gerardo Ruano Cástulo
Sucedió un día en el bosque. La araña tejía su red. Tejía y tejía, unía y unía. Culminaba de hacer un tramo, lo observaba con atención y como no le gustaba, lo deshacía. Volvía la araña al trabajo, otra vez a tejer y tejer. La misma historia, después de un tramo, observaba, lo evaluaba y como no era de su agrado, lo tiraba.

Así pasó largas horas, hasta que por fin, después de haber tejido un gran tramo, quedo satisfecha. Ante sus ojos estaba una red impresionante. Un buen tejido. Bien armada. Ahí, estaba su obra maestra. Una obra de arte, en donde caería un buen número de insectos menores, que servirían de alimento para la araña.
Todo parecía felicidad, cuando de pronto se percató de que en medio de la red había un hilo grueso que colgaba. Eso arruinaba su gran obra, así que decidió cortarlo. No se dio cuenta, de que se trataba del hilo principal. De tal modo, que al cortarle, la malla se vino abajo, envolviendo a la misma araña, la cual quedó atrapada en su misma red, por lo que fue presa fácil para sus depredadores.
Creo que la anterior historia, podría ajustarse perfectamente a algunos casos de nuestra política. Uno de éstos, sucedió en la capital del estado, en donde el candidato del PRD a la alcaldía, ha vivido una historia semejante a la de la araña.
Tal vez me equivoque en las fechas, pero los hechos ahí están. Era el año 2003, fue nominado coordinador de la campaña de Mario Moreno Arcos a la diputación federal. Según los datos que tenemos, dejo la responsabilidad a media campaña, para irse a otros proyectos. En el 2008, cuando asume el cargo de síndico de la capital, se lanzó contra Moreno Arcos, por supuestos aviadores en la nómina del Ayuntamiento capitalino. Con todo, y que según los datos, son compadres de grado.
Para el 2012, sin importar que el actual ganador de la gubernatura, Héctor Astudillo Flores, fuera el coordinador de la campaña de Peña Nieto en Guerrero y lo hubiese regresado a la nómina de la política (¿Le mató el hambre?), lo abandonó para buscar la diputación local por el PRD, la cual alcanzó, ante las pifias del PRI en sus nominaciones.
Ya en el PRD, después de que se hizo diputado gracias al apoyo del entonces Gobernador Ángel Aguirre Rivero, decidió voltearle la espalda, luego de saber que los afectos se inclinaban a favor del diputado federal, Jorge Salgado Parra, y se enroló en el grupo del mercenario político, David Jiménez Rumbo.
Y en la ruta de la búsqueda de la candidatura del PRD, para la alcaldía, la estrategia pareció girar en torno a golpear la imagen de Jorge Salgado Parra, quien después, motivado por las circunstancias, se fue en apoyo del proyecto Astudillista y los candidatos del PRI en Chilpancingo. Es evidente, que los salgadistas, con gusto irían a sufragar en contra del candidato perredista.
Conociendo la historia, muy semejante a la de la araña. No aprecio, que es lo que podría demandar Antonio Gaspar Beltrán, de una elección, que ya había perdido, desde antes que ésta se llevará a cabo. 
Adherido a esto, creo que en su hoja de chambas, figura haber sido secretario de elecciones y organización del PRI estatal, en donde por lo visto, no aprendió bien. Y no aprendió, porque Marco Leyva, con el debido respeto, le acaba de dar una cátedra de operación. De la regla básica, que consiste en sumar, sumar y sumar.
Si quiere interponer una demanda, bien podría hacerlo, en contra de sí mismo, luego del abismo, que poco a poco vino construyendo. Se debe acordar, que el fracaso es acumulativo. Y el primer responsable vive dentro de él. 
No se encuentra afuera. Esa es la cuestión.

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