MEMORÁNDUM

*** Importante, un movimiento de reconciliación como plantea Astudillo.

Gerardo Ruano Cástulo
Un conocido y apreciado reverendo iba caminando tranquilamente por la calle, tal y como lo hacía todos los días. De pronto, una persona le salió al paso, para decirle: “Reverendo, es usted un farsante”.  El hombre que estaba dedicado a la obra de caridad y a impulsar el crecimiento humano, al escuchar a la persona, saludó quitándose el sombrero, para después expresar con voz amable: “Gracias, no sabía que era alguien muy importante para usted”.

La crítica es uno de los deportes con más presencia en el planeta. Nadie escapa de ella. Desde esa perspectiva, tal y como lo dice el libro: “Seis sombreros para pensar”, el color que siempre dejamos a la mano es el negro, para ver de primera mano los defectos de las personas, cosas o hechos.
En otras más, se toma de primera el color rojo, y en vez de procesar la información, mediante el razonamiento, dejamos que operen los sentimientos. Lo ideal, antes de cualquier descalificación o sentimiento, debiera ser el color blanco, a efecto de ser neutros en nuestros juicios. Ver todo a través de los diferentes cristales. Girar la cámara por todos los ángulos posibles. 
Lo anterior, porque más allá de la enorme lista de situaciones y conflictos que se viven en la entidad, al final de cuentas, lo que se desea es la armonía social. En donde, se escuchen las diferentes voces y se busquen alternativas, para beneficio de la enorme mayoría. Lo más fácil, como lo hemos dicho, es desacreditar a quienes hoy protestan, las pifias constantes gubernamentales, la aparente indolencia de los equipos de seguridad pública, entre otras tantas. El punto, es ponerse el color amarillo, para ver los puntos positivos. Y por supuesto, el azul, para buscar las posibles vías de crecimiento.
Es entendible, por toda la contaminación mental que hemos adquirido y el condicionamiento social para el que hemos sido entrenados, que se haya desarrollado tanto el virus de la estrechez mental, quedando de manifiesto el gusto por la crítica sin sentido o simplemente por descalificar. Lo peor, es que quienes saben de esto, conocen el impacto que tiene la palabra, al ser el arma más poderosa del universo.
Creo en lo personal, que por bien social, conviene la armonía. Vivo sin compartir los métodos violentos para cambiar el estado de cosas. Deseo colaborar en buscar y tratar de encontrar algún antídoto para esas radiaciones a las que hemos estado expuestos, a efecto de sembrar discordia, mediante diferentes y conceptos, como el de ser funcionario es para robar, o que si te manifiestas es porque vas a lucrar con el dolor.
Los movimientos sociales tienen su lado positivo. También lo tiene el gobierno. Mucha gente hoy apuesta al crecimiento humano, lo que es una magnífica noticia. El punto es, como hoy lo ha venido planteando el Gobernador Electo, Héctor Astudillo Flores, reencontrarnos para concretizar un gran movimiento de reconciliación, que nos acerque y nos permita tomar las riendas de un estado, que hoy, seamos sinceros, no sabemos ni en manos de quien está. Esa es la cuestión.

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