MEMORÁNDUM

*** El camino de escollos recorrido por Mario

Gerardo Ruano Cástulo
Las críticas y señalamientos eran severos en contra de aquél joven. Dicho linchamiento parecía justificado, luego de haber sido sorprendido al tomar el pan de las ofrendas, que se colocaban justo en el día de acción de gracias. Nuno fue llevado ante el consejo del pueblo, para que los adultos mayores, le impusieran una sanción severa. Al menos, eso era lo que esperaba la gran mayoría del pueblo, luego de que las ofrendas tenían un carácter sagrado.

Al estar al centro del Consejo, Nuno escuchó de qué se le acusaba. Hubo un gran número de testigos en su contra. A su favor, no se veía a nadie. El jefe del Consejo, le dijo entonces: “Tienes algo que decir muchacho, que te evite ser castigado, por haber tomado el pan de la ofrenda”. La respuesta fue un silencio absoluto. Eso lo declaraba prácticamente culpable.
Entonces, el jefe dijo: “Vamos a dictar la sentencia”. Pero fue interrumpido por los gritos de un niño: “Señor, señor, señor, ¿Puedo decir algo?”. Algunos se rieron. ¿Qué podía pesar el testimonio de un pequeño? Pero para su sorpresa, luego de hablar con los integrantes del consejo, el jefe le concedió la palabra. 
“Si ustedes desean castigar por robar el pan de la ofrenda a alguien, no debe ser a Nuno. En todo caso, debe ser a mí, a mis hermanos y a nuestras familias, que están ahorita llegando detrás de ustedes. Porque si Nuno tomó el pan, fue para darnos de comer a quien no lo tenemos. Él nos ha dicho, que la mejor ofrenda que se puede dar a Dios, es dar de comer a quien no tiene.” 
Los que acusaban a Nuno bajaron la cara apenados. El Consejo lo absolvió, y ordenó, en lo sucesivo, que se castigara mejor a quien desperdiciara el pan, cuando existen hogares en donde se carece de éste. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
La historia anterior, nos sirve para recordar que la crítica está en todas partes. El único lugar donde parece culminarse, es en el panteón. Existe una ley del 33.3 por ciento, es decir, que hay un 33.33% de personas que te aman, otro 33% de los que te odian y una cantidad igual que no te conoce y sin embargo habla de ti.
No se tiene, toda la fotografía completa, en muchos de los casos y se emiten críticas a la ligera. Y si nos vamos al terreno político. He visto, en los últimos días que se hacen balances de la gestión del alcalde Mario Moreno Arcos, sin recordar sucesos y obstáculos que tuvo que enfrentar. De inmediato, traigo a la memoria el paso de Manuel e Ingrid que puso a la capital en jaque, a varias comunidades aisladas y otras sin un lugar donde vivir.   
La sucesión gubernamental lo puso en la mira de otros, y la guerra en contra de su imagen fue notoria en su momento. El asunto del agua, era evidente, que en tres años no se verían los resultados totales. Le tocaría hacer lo de Moisés, llevaría al pueblo a la entrada de la tierra prometida, siendo la siguiente administración, la que puede gozar de ofrecer mejores noticias. Alguien tenía que comenzar la obra, y Mario Moreno lo ha hecho.
Se debe ver, además, en su justa dimensión, la obra pública de su gobierno. Y en materia de esa aceptación, habría que anotar, que por alguna razón, logró una buena respuesta en su convocatoria para presentar el libro de actas de cabildo y apertura de la sala de los presidentes municipales. Y regresando algunos días el calendario, la reunión con Manuel Añorve, envía señales claras, de que en el PRI, conocen y saben del camino lleno de escollos que ha tenido que recorrer en éstos últimos tres años. Una anotación más, que hago, es que uno de los personajes, que también se ha puesto la camiseta bien por Chilpancingo, es el primer síndico, Jorge Abelardo Adame Ávila. Esa es la cuestión.

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