De Adicto a ADICTO

De tal palo, tal astilla

Por Ernesto Salayandía García
Lo que no has de querer, en tu casa lo has de tener
Los dichos son la filosofía del pueblo, la voz populi, que es la Voz de Dios.- Cuenta la historia, que Obama, Peña y Fidel Castro se entrevistaron con Dios y El  los escuchó.- Obama le preguntó.- Señor, cuando se va a terminar la corrupción en los estados unidos?- Dios le respondió.- Como en unos 300 años hijo mío.-  y Obama se soltó llorando.
- Cuando Fidel se dirigió al Señor, le dijo.- Cuando crees Dios mío, que los cubanos vamos a estar libres de esta lacra llamada corrupción.- Dios lo miró a los ojos y le contestó.- En 500 años.- Fidel se echó al llanto como un niño cuando no le das el dulce que quiere.- Cuando le tocó el turno a Peña Nieto, con toda la formalidad del caso.- Fijamente lo miró a los ojos y le preguntó.- Dios, dime por favor cuando se va a terminar la corrupción en México.- Dios se puso a llorar.- Nunca le dijo.- Nunca.
La soberbia
Identificar a una persona sobrada de ego, prepotente, déspota, arrogante, basta con observar su manera de caminar  y escuchar su manera de hablar, la soberbia es mala compañía, Ser soberbio es básicamente el deseo de ponerse por encima de los demás. Pero los soberbios no toleran que puede haber otro delante de él. Los aires de grandeza, son genéticos y sus patrones de conducta se adquieren en casa, cuando la humildad brilla por su ausencia, esta personalidad la adquieren los hijos con las actitudes equivocadas de los padres, y un día llegan al poder, cualquiera que sea, político, económico o periodístico y no se bajan del pedestal, lesionan, hieren a personas que no caben en su mundo, viven del ego y de la adulación, muestran su enorme y profundo vacío espiritual, el soberbio sufre de incomprensión y de insatisfacción, tiende a refugiarse en la soledad, debido a que no hay nadie que lo soporte, a veces, no se soporta ni a sí mismo.
Gula
Hay personas que no tienen llene, entre más  tienen, más quieren; la gula no es sinónimo de atascamiento de comida, puede ser gula de poder, de insatisfacción sexual, de adicción, compulsión, y lo que vemos a diario es, infinidad de figuras públicas y privadas, manifestando su gula con sus acciones. A mi juicio, el problema de la gula es mucho más que una cuestión de moral y principios. Se trata de ver cómo administramos nuestros placeres y cómo podemos comer para vivir satisfactoriamente. No debemos obsesionarnos con vivir para comer, ni comer para vivir. Lo peor de la gula hoy, es que mientras algunos tenemos la suerte de poder comer y ayunar a nuestro albedrío, muchas personas están privadas de lo imprescindible, no pueden siquiera alimentar a sus hijos con lo mínimo necesario. La gula se transforma en pecado cuando ofende el derecho y las expectativas del otro al comer lo necesario, acaparar y dejarlo con poco o nada. Olvidar eso sería el peor pecado o la peor forma de gula en nuestro tiempo. La gula se aprende en casa.- Soy espejo y me reflejo.- Un padre da mal ejemplo de gula, cuando muestra su insatisfacción económica y quiere más y más, lo mismo en su forma de comer, de vivir y de actuar, la gula tiene muchos recovecos.
Avaricia
Lo que fácil viene, fácil se va.- La gente avariciosa atropella a medio mundo, traiciona principios y a su misma familia, se enferman de poder, se engolosinan con acumular dinero, hacer fortunas; la avaricia, es sinónimo de vacío, de ego, de abandono de sí mismo, un avaricioso nace de la frustración económica, nunca tuvo y ahora que tiene la oportunidad, quiere tenerlo todo.- Son avaros, desconfiados, deshonestos, no viven ni duermen con tranquilidad, piensan que todo el mundo les va a robar. Comprendo que alguien se sienta feliz porque tiene en sus brazos a una mujer hermosa, en su mesa una comida estupenda y una botella de vino incomparable, Pero yo no termino de entender a aquellos que se sienten felices cuando ven un cheque. Lo que da fuerza al dinero es la necesidad de intercambio, que los seres humanos requieran cosas unos de otros. El dinero permite generar un elemento que te da acceso a algo que necesitas. Pero el avaro es el que convierte este medio económico en una idolatría, sin entender la real utilidad del dinero.
Ira
Las conductas destructivas se distinguen en personas iracundas que creen que tienen el derecho de agredir, insultar, intimidar, humillar, herir, lesionar a cualquiera.- La ira, es esa furia que de vez en cuando nos convierte en auténticas fieras. En apariencia somos personas como las demás, y ante un pequeño estímulo, o una provocación, nos transformamos en auténticos salvajes. La ira es una reacción que puede indicar simplemente que estamos vivos, por lo tanto, nos revelamos contra injusticias, amenazas o abusos. Cuando la ira se despierta, nos ciega, nos convierte en una especie de bestias obcecadas. 
Ese exceso es perjudicial, pero yo creo que un punto de cólera es necesario. Si eres una persona tan pacífica que nunca te has enfadado, aunque te describan mucho la ira, nunca la entenderás. El futuro de una persona iracunda, es quedarse sola, nadie soporta la humillación de ser maltratado, tenga  o no razón, nadie te da el derecho de gritar, de maltratar a nadie y sé que una persona, entre más gritona es, entre más iracunda, neurótica y explosiva, está más llena de miedos, y en cada explosión, afloran sus cadenas destructivas, sus conductas nefastas que habrán de arruinar su vida y la de otros.
Lujuria
La lujuria es uno de los pecados más escandalosos, y también de los más tentadores. Gracias a ella, todos vinimos al mundo. ¿Pero cuál es realmente la esencia mala de la lujuria? ¿En qué sentido quienes no tenemos especial afán puritano podemos encontrar algo defectuoso en el exceso de la lujuria?. Tengo claro que si hay algo bueno en ella, es precisamente el placer. Creo que el placer es bueno, sano y recomendable. Si hay algo malo en la lujuria, será el daño que podamos hacer a otros para conseguir goce, al abusar de ellos, aprovecharnos de la inocencia de menores o de gente que por su situación económica tiene que someterse. No creo que a pesar de lo que San Agustín y otros santos padres han dicho de la sexualidad, hayamos venido a este mundo a sufrir. La sexualidad no es un instrumento que debamos utilizar casi con repugnancia y sólo para la reproducción, sino que es una fuente de relación humana y de contento en un mundo donde las alegrías no abundan. Pero como en todos los casos a los que estamos refiriéndonos, el límite de la lujuria desde el punto de vista humanista es causar daño a otro. 
El sexo con niños es malo por el daño que se les hace. No es malo disfrutar, pero sí es censurable causar mal a otro. Antes se condenaba al placer, ahora al daño y el dolor que se producen. Es la visión progresista de los pecados. 
Pereza
Algunos niños nacen y crecen con pereza física, mental y espiritual, están apagados, tristes, desganados, caminan sin ganas con los hombros caídos, la cara larga y amargada, con miedos. La pereza es la falta de estímulo, de deseo, de voluntad para atender a lo necesario e incluso, para realizar actividades creativas o de cualquier índole. Es una congelación de la voluntad, el abandono de nuestra condición de seres activos y emprendedores. Un viejo cuento narra cómo un padre luchaba contra la pereza de su hijo pequeño, que no quería nunca madrugar. Un día llegó muy temprano por la mañana, lo despertó y le dijo: “Mira, por haberme levantado temprano he encontrado esta cartera llena de dinero en el camino”. El niño, tapándose, le contestó: “Más madrugó el que la perdió”. La pereza siempre encuentra excusas. Es perezoso quien renuncia a sus deberes con la sociedad, con la familia, quien abandona su propia formación cultural. La persona que nunca tiene tiempo para leer un libro, para ver una película, para escuchar un concierto, para prestar atención a una puesta de sol. Aquel que tiene pereza de convertirse en más humano. 
De aquí se derivan infinidad de defectos de carácter como la puntualidad, el orden, el cerrar círculos, el mal hábito de postergar, el dejar todo para después, el aplicar el mañana te pago, mañana lo hago, mañana, la pereza sin duda, es el sello de la gran diferencia entre el Japón y muchos países, hay mucho que debemos de aprender de los japoneses y comenzar a educarnos para que nuestros hijos no hereden las cadenas destructivas y sean hombres de bien.- Mal de muchos, consuelo de tontos.-
Envidia Gente mal intencionada que inventa chismes, levanta falsos, lengua de aguja que en un instante con un mal comentario puede destruir  la imagen de una persona, estas lastras las hay en todos lados y emiten sus críticas y falsos argumentos en contra de alguien por envidia y aprovechan la debilidad espiritual de quien escucha, debido a que también carga sus cadenas destructivas, por ello, le da vida a un chisme, sin ofrecer un sano y maduro juicio. 
La envidia, definida como la tristeza ante el bien ajeno, ese no poder soportar que al otro le vaya bien, ambicionar sus goces y posesiones, es también desear que el otro no disfrute de lo que tiene. ¿Qué es lo que anhela el envidioso? En el fondo, no hace más que contemplar el bien como algo inalcanzable. 
Las cosas son valiosas cuando están en manos de otro. El deseo de despojar, de que el otro no posea lo que tiene, está en la raíz del pecado de la envidia. Podemos aventurar que el envidioso es más desdichado que malo. 
El envidioso siembra la idea ante quienes quieran escucharlo, de que el otro no merece sus bienes. De esta actitud se desprenden la mentira, la traición, la intriga y el oportunismo. La envidia es muy curiosa porque tiene una larga y virtuosa tradición, lo que parecería contradictorio con su calificación de pecado. Es la virtud democrática por excelencia. El  que siembra vientos, cosecha tempestades.

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