LA RUEDA DE LA FORTUNA

Represión gubernamental

Alfredo Sarabia   
Un lenguaje de cierta apertura y diálogo con grupos opositores a su Gobierno, es lo que pregona el gobernador Héctor Astudillo Flores…pero detrás de todo esto, está la demagogia pura, ya que en la práctica, es otro el lenguaje manifestado en la realidad, y se ubica al otro extremo del ambiente político – social que se vive en el estado de Guerrero: La represión.
La violencia desde el poder gubernamental, a través de elementos policiacos, no se ha dudado en ejercerla en todo lo que va, en contra de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, bajo el pretexto de rescatar dos pipas de gasolina.
Los policías del estado que se encargaron del operativo maquiavélico, demostraron un odio y una saña patética en la consecución de su cometido, que no lo hacen cuando se trata de la delincuencia organizada.
A través de las redes sociales, se ve claramente la alevosía, el dolo y la ventaja, en la persecución y posterior golpiza y tortura a la que fueron sometidos los jóvenes, lo que seguramente influyó para que liberaran a los muchachos detenidos por los “valientes” y bravos policías, dispuestos directamente al servicio del gobierno del estado.
Es necesario subrayar, que si toda esta determinación gubernamental se usara para aclarar eficazmente los sucesos criminales y sangrientos acontecidos en Iguala durante los días 26 y 27 de septiembre del año pasado, otra cosa sería.
Pero no, ello sería como pedirle “peras al olmo”, pues Héctor Astudillo Flores, forma parte de alguna manera, de los que hoy mantienen subyugado y postrado al país, por lo que le resulta optar por lo más fácil, mandar a sus huestes policiacas, tales robots crueles y sedientos de sangre, para apaciguar y controlar cualquier movimiento social que amenacen la integridad de la élite encaramada en el gobierno y en el Sistema Político y Económico que frena.
Así, Astudillo, siguiendo con su esquema político hueco, el de ofrecerles a los estudiantes aludidos, con dotarlos de camión y gasolina, para atenuar la situación atroz señalada, lo que obviamente no fue aceptado el ofrecimiento gubernamental por los Normalistas.
Debes saber que esta oferta es tan solo un paliativo perverso a la situación que se ha  arrastrado desde los trágicos acontecimientos de Iguala, sucesos de hace más de una año, sin que hasta hoy día, se perciba una línea esclarecedora de este asunto criminal. Esto que se ha vivido en la semana pasada, son tan solo los efectos de esa perversidad gubernamental cometida en Iguala, y no es de dudar, que mientras no haya nitidez en ello, o sea, mientras no se diluyan las causas de todo esta situación caliginosa asesina, seguramente se seguirán atisbando escenarios dantescos similares al protagonizado.
No obstante, más que ejercer políticas represivas, haciendo uso de la fuerza policiaca, el gobernador Astudillo Flores, debe privilegiar el diálogo con los opositores, apostarle francamente al diálogo que conlleve a buscar los mecanismos de dar una solución real y objetiva a los problemas que ocasionan y han ocasionado las protestas e inconformidades.
Ya el ex – gobernador que le antecedió en el cargo administrativo, Rogelio Ortega Martínez, le puso la muestra de cómo manejar adecuadamente una situación similar, aunque hay que decir que a varios especímenes no les pareció bien la actitud del ex, que con frecuentes denostaciones y adjetivos calificativos, desdibujaron grotescamente esas políticas, pero guste o no, hoy se valoran…pero desgraciadamente, ya “ni llorar es bueno”, pues otra vez los guerrerenses se tropezaron con la piedra que tanto daño ha causado….HASTA PRONTO.

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