LA RUEDA DE LA FORTUNA

Cero conciencia! Cita en el ISSSTE de Acapulco!

Por Alfredo Sarabia
Recientemente realizamos dos visitas de carácter médico al Hospital del ISSSTE, ubicado en el puerto de Acapulco (Dos horas de viaje para llegar), aun con el riesgo de la inseguridad que nos agobia, pero que el alcalde municipal del lugar y el gobernador del estado, se niegan a reconocerlo.
La primera visita al médico, correspondió a una cita con el médico especialista de mi mal, que me habían dado desde el último día del pasado mes de junio, o sea más de cuatro meses y medio, fecha de la cita que se me hacía una “eternidad” para que se llegara…pero como “no hay plazo que no se cumpla”, se llegó el ansiado día.
 Al llegar al consultorio, vacío, me percaté de la presencia de dos elementos de la Policía Federal, hombre y mujer, apostados cerca de la puerta de acceso al área médica en mención y me dije: “hasta donde ha llegado la inseguridad”, pero no, me equivoqué al pensar así, ya que como me daría cuenta después, que la presencia de estos se debía a la consulta de uno de ellos.
Una vez que pasé a la auscultación médica, se derivó la necesidad de hacerme dos Estudios de Análisis Clínico, a los que me tenía que sujetar en el tiempo, corto por cierto, fijado por el especialista.
De nueva cuenta en el ISSSTE, me presenté  en el laboratorio de Análisis, atiborrado de pacientes, pero la organización de las actividades que ahí se efectúan, agilizó la consecución de la encomienda.
Luego fuimos al otro laboratorio, al de Radiología; igual al anterior, mi espera fue breve para efectuarme el Estudio solicitado. Todo en alrededor de dos horas! Fabuloso!
No obstante, la espera para la actualización de una receta médica expedida por otro médico especialista, me obligó a escuchar la conversación de los vigilantes de seguridad privada del nosocomio público, pues yo estaba colocado prácticamente en medio de los dos. Se trataba de una mujer y de un hombre, ambos, jóvenes.
Ella le decía, entre quejándose resignadamente: “Voy a tener que empeñarla, me dan 450 pesos, pero no me va a alcanzar  y con lo que gano…menos”.
-“Já-já…yo aunque quisiera empeñar alguna cosa de valor…yo no puedo, pues yo no tengo nada”…reviró el muchacho de Seguridad, escudriñando la vigilancia de un elevador “para el personal”, según se observaba ahí. El mismo que minutos antes no me permitió utilizarlo, a pesar de mi menguada condición física, “es que luego a mi regañan si lo dejo”, se justificó.
Preciso que esto fue lo que pareció importante escuchar de estos especímenes, celosos de que algún paciente o familiar de este, trastoque la normatividad ordenada por sus jefes, aun en la situación de vida que tienen.
Y pensar que existen millones de gentes que viven la vida en precariedad, pero que se olvidan de ello, cuando de cumplir en el trabajo, se trata, no perciben distingo alguno…de entre la gente jodida, un ejemplo cruel, lo vemos en la actuación de los policías que reprimen salvajemente a l@s maestr@s sin tener ninguna consideración, ni social, ni laboral, ni de sexo, ni de edad.
Ya con la receta actualizada, nos trasladamos a la farmacia para hacer efectiva la recomendación ahí escrita, la cual no hubo ningún problema para efectuarla.
Ahora…a esperar la fecha de volver a visitar al médico especialista, que no pasará del presente año, ya que así está establecido en mi carnet de citas médicas.
Esto, que podría ser una cuestión insignificante para algunos, jamás la podrían contar, ni por asomo, todos los que laboran en los Gobiernos (JEFES), ni otros que brillan económicamente….HASTA PRONTO.

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