MEMORIA COSTEÑA

Benita Galeana Flores “La  Luchadora Socialista de Guerrero”

Benita Galeana fue originaria del pueblo de San Jerónimo, municipio de Atoyac de Álvarez, hoy de Benito Juárez, Guerrero.
 Sus padres fueron el señor Genaro Galeana Lacunza y la señora Aurelia Flores, que juntos procrearon a los siguientes hijos: Camila, Guadalupe, Rafael, Genaro, Agustín, Carmela y Benita, tomando todos los hermanos diferentes destinos y solamente Benita quedó a cargo de Camila, que era su hermana mayor, en virtud de que sus padres ya habían fallecido  

 Camila hacía pan y dulces de diferentes clases y Benita salía a venderlos para ayudar en la casa y poder sostenerse.
 Nació el 9 de septiembre de 1903 y se casó en el año de 1921, con el joven Salvador Solano Barra, naciendo una hija a la que bautizaron con el nombre de Irma Lilia. 
 Poco tiempo después, este matrimonio se divorció, desconociéndose la fecha en que sucedió. Benita, al verse sola, se marchó con su hija a la ciudad de México y para sobrevivir tuvo que trabajar en las actividades domésticas; más tarde se enamoró de un ferrocarrilero que trabajaba en la ruta de México al Istmo de Tehuantepec, y que algunas veces era acompañado por Benita en sus viajes.

 Él era muy apasionado hacia el sistema comunista, y catequizando a Benita  en sus ideas, ésta pronto se involucró  haciendo volantes y propaganda para el mismo partido... pero nuevamente se divorció...
 En el paso del tiempo, Benita se enamoró de Juan de la Cabada, que era un señor muy preparado en las ideas marxistas, agrupándose con los hermanos Revueltas en las actividades que realizaba. 
 Este grupo preparó un programa de trabajo fundando células en todo el Distrito Federal y en los sindicatos obreros y burócratas, en la policía y el ejército, siempre buscando la igualdad entre los hombres y las mujeres, así como la educación politécnica, y más en atacar la impunidad.
 El general Calles, como jefe máximo de la nación, ordenó que se persiguiera a los comunistas, por lo que el partido pasaba desde ese momento a la clandestinidad y, éstos, en lugar de retroceder en las ideas del espíritu revolucionario, se multiplicaron con sus voluntades de seguir adelante, se hicieron comisiones para cada miembro y a Benita le tocó la de la propaganda, saliendo todas las noches con otros compañeros a pegar información propagandística en las calles y en los edificios, llegando a ser detenida como cincuenta y ocho veces.
 En 1934, ya siendo presidente el general Cárdenas, se organizó un partido político en la ciudad de Querétaro, por órdenes de Calles, de corte sinarquista, adoctrinándolos para combatir al comunismo, agrupándose como trescientos miembros, cada quien con su caballo y bajo las órdenes de un general ex-villista llamado Nicolás Rodríguez. 
 Se prepararon para marchar a la ciudad de México y combatir a los comunistas y al llegar a la Plaza de la Constitución se suscitó un choque violento con garrotes, sobresaliendo, como jefa prominente Benita Galeana Flores.
 Al entrar la caballería a la plaza, ya estaban los taxistas que comandaba Benita con su célula, armada con palos y con sus carros se lanzaron sobre los sinarquistas. Benita fue la autora de todas las células organizadas, sumando frente al palacio nacional, diez jinetes. Entonces, el pueblo, que los estaba mirando, lanzó un grito de apoyo:
 -¡¡¡Viva Benita Galeana!!!... 
 Total, los sinarquistas fueron derrotados y en la Cámara de Diputados se suscitaba una agitación que ardía entre la derecha callista y la izquierda cardenista, y no se pusieron de acuerdo para apaciguar a sus miembros.   
 Entonces los diputados se agarraron a balazos y hubo varios muertos; cuando se generaron estos sucesos el general Calles se encontraba fuera de la capital y al ser entrevistado por los periodistas manifestó: “en México hay una completa anarquía y no hay gobierno”.
 En respuesta, el general Cárdenas contestó que “las huelgas eran para defender los derechos de los trabajadores. Los diputados y usted fueron muy agresivos y son unos bandoleros” – en un río revuelto.
 Más adelante, Benita Galeana conoce al distinguido señor Mario Gil, periodista y director de la revista “Tiempo”, con quien se casa más tarde y, éste la adoraba, tanto así que transcurriendo el tiempo le regaló una biblioteca y la llevó a pasear alrededor del mundo dos veces. 
 Cuando muere Mario, sus propiedades pasan al poder de Benita, quién visitó los países de América Central, atacando a los caciques y hablando por la justicia social, llegando a ser conocida internacionalmente.
 Benita Galeana es digna de catalogarse como heroína de todo el mundo, al lado de Dalila que venció a Sansón, de Judith que salvó a Betulia, de Helena de Colastino que tumbó del trono a Tarquino El Soberbio rey de Roma e hizo nacer la primera República, de Carlota de Gonay que mató al Doctor Marat en el baño para salvar a los girondinos en 1793, de la Revolución Francesa, de Josefa Ortiz de Domínguez heroína mexicana, de Leona Vicario de la independencia mexicana y de Rosa Luxemburgo que fue una alemana  revolucionaria y, por último, la heroína guerrerense: Antonia Nava de Catalán  y muchísimas mujeres anónimas.
Benita Galeana, cuando visitaba San Jerónimo se hospedaba en la casa del autor de estos apuntes biográficos, por ser amigos desde la infancia”.
Suplico a los respetables lectores que perdonen las fallas de estos renglones. 
P.D. Benita Galena no asistió a la escuela y una vez casada fue cuando se alfabetizó. Su  hermana Camila la maltrataba e intentó casarla con un viejo sesentón por la fuerza, y sólo la defensa a golpes de su hermana Guadalupe logró evitarlo, por lo que tuvieron que salir hacia Acapulco para vivir una existencia muy pobre y llena de zozobra y hostigamientos varoniles.
Junto a Manuel Rodríguez se inicia en los avatares político-ideológicos, desde 1926 y siempre dentro del Partido Comunista, por lo que fue perseguida, encarcelada y torturada con crueldad y de forma arbitraria.
 Poco a poco y sintiendo las injusticias oficiales, fue tomando una gran conciencia social y una enorme sensibilidad de clases, teniendo como emblema la bandera comunista.
 De esa manera, Benita protege, sostiene y mantiene económica y físicamente a José Revueltas, desde jovencito, por lo que ambos son hostigados permanentemente… y ante los contrastes de la vida, es el mismo Revueltas quien promueve y ejecuta la expulsión de Benita del P. C.
 Nuestra heroína rebelde pasó por quebrantos de salud, sufrió vejaciones, hambres materiales e indiferencias hasta de sus mismos compañeros de partido y pensamiento, pero nunca pasó por su mente abandonar el sendero de la justicia, la democracia, la razón y la redistribución de la riqueza nacional, que ha sido vasta y que alcanzara a mitigar las carencias de los obreros y campesinos… ella, que había conocido la pobreza extrema, la sinrazón gubernamental cruel y despiadada y la agresión artera, se afirmaba, se reafirmaba y se confirmaba como la gran luchadora social, que del analfabetismo itinerante de la época se convirtió en un ícono de la lucha social comunista.
 La historia todavía no ha hecho justicia a la libre pensadora, a la mujer amorosa pero politizada, al símbolo femenino, a la luchadora social incansable…. ¡Si, a Benita Galeana Flores! (Desde el hermoso “lugar de mujeres. Raúl Román Román, El Indio de Iguala).

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