MEMORÁNDUM

*** ¿Por qué apostar por lo mismo en Salud?

Gerardo Ruano Cástulo.
La ruleta giro y cayó en el número tres. Entonces, el niño tomó la llave que tenía ese número, e intentó abrir la caja que contenía una sorpresa, colocada ahí por su papá.

El juego consistía en encontrar la llave, mediante la fortuna de girar la ruleta. Para ello, el papá seleccionaba previamente el número de la llave que abriría la caja. Cada vez que jugaban, cambiaba la combinación.
La llave número tres no abrió. Y el pequeño volvió a girar la ruleta. De nueva cuenta, salió el número tres, por lo que tomó la llave respectiva, a efecto de intentar de nuevo. Otra vez no hubo suerte.
Regresó la llave a su lugar, para volver a girar. Para sorpresa, salió otra vez el número tres. Por tanto, el niño tomó la llave, nada más, que en ésta ocasión, antes de que lo intentara, su papá le dijo: “¿Sabes lo que va a pasar?”. 
Su hijo, con un poco de tristeza, le respondió: “Si. No se abrirá”. “Así es”, dijo el señor, agregando: “Por consecuencia, aunque te salga la llave tres, en ésta ocasión, ya no debes probarla, porque ya sabes, cuál será el resultado. Lo conveniente es seguir girando, hasta que salga una llave diferente, con la esperanza de poder abrir la caja”. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
Albert Einstein describe la locura con pocas palabras: “Hacer siempre lo mismo y esperar un resultado diferente”. En el aspecto afectivo, dicen los expertos, que la rutina mata gradualmente al ser humano.
En materia de desarrollo humano, con un tono franco, se expresa: “El agua que se estanca se pudre. Se apesta. No sirve para el uso y consumo humano”. Luego entonces, el agua debe de fluir. La vida es movimiento. No se puede esperar un cambio positivo, desde la inmovilidad o apostando todos los días a lo mismo.
En época de Jesús, los pescadores eran un sector importante. Gente de trabajo que se levantaba muy de madrugada para satisfacer la necesidad de la alimentación. Un grupo de ellos, reconocido por su trabajo, un día fue invitado a salir de esa rutina, para ayudar en la construcción de algo trascendente. Dijeron que si, y fue ahí cuando se inicia en realidad el Cristianismo. Cuando dejaron de hacer lo mismo de siempre. Su vida cambió.
Lo anterior, sirve de marco, para recordar que el Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, ha mostrado toda su voluntad a favor de un cambio importante para la entidad suriana. Comenzando por construir un gobierno fincado en la eficacia, transparencia y honestidad. Por esa misma razón, ha colocado en lugares estratégicos a gente de su absoluta confianza; concretamente en los espacios donde se administran los recursos.
No es grato, hay que apuntarlo, que producto de las primeras revisiones, se ventilen posibles irregularidades en la pasada administración. Uno de los espacios que se ubicaría en el ojo del huracán, es la Secretaría de Salud, en donde sería poco saludable, que funcionarios del anterior, hayan sido rotados a otros cargos en el actual. Porque eso sería tanto, como intentar abrir la caja del cambio, con la llave que no abrió y ni abrirá.
Bien dice el evangelio bíblico: “Por sus obras les conoceréis”. Tal vez, sería bueno que revisaran, por ejemplo, las cuentas entregadas, por Javier Eduardo Figueroa Zuñiga en la pasada gestión, para que hoy sea de todas las confianzas de Carlos de la Peña Pintos. Y así como él, no sé si existan más casos, de simple rotación en los cargos, lo que equivaldría a apostar a lo mismo, en espera de cambios. Decía Einstein, eso es una locura.
¿Cómo se califican, los últimos años de Gobierno en Guerrero? ¿Algo así como la llave número tres? ¿Qué le heredaron al Gobernador Héctor Astudillo Flores? Esa es la cuestión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario