ZONA CERO

Amapola para fines medicinales

Roberto Santos
Iniciar un programa piloto para sembrar amapola de manera legal y para fines medicinales, propuesto por el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, no ha sido mal recibido.  La intención de buscar la manera de reducir la violencia es el motivo fundamental donde empiezan a coincidir las diferentes opiniones de autoridades, religiosos, grupos sociales organizados y partidos políticos. 

El presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva consideró que si se pudiera controlar la producción de manera sistematizada y legalizada, el monopolio de la producción podría corresponder al Estado y no a los grupos criminales. 
Entrevistado por un medio estatal, el presidente municipal opinó que el estado debe ofrecer alternativas que promuevan una fuente fiable de comercialización de la amapola para usos medicinales.
El PRD en voz de su dirigente, Celestino Cesáreo, dejó abierta la posibilidad de entrar al debate si la propuesta es seria, para analizarse de fondo y saber si es viable. El PRD podría apoyarla sentenció el líder perredista, una vez que se presente la propuesta de fondo.
Adrián Wences, coordinador del Partido Movimiento Ciudadano, ve con buenos ojos esta propuesta de sembrar amapola con fines medicinales, en coincidencia con el presidente del CEE de Morena, Pablo Amilcar Sandoval, quien destacó que este partido se ha manifestado por la legalización de la marihuana, por lo que consideró necesario abrir un debate para analizar bien la finalidad y el uso que se le dé a esta droga. 
La amapola, contiene más de 70 alcaloides y aproximadamente 25 componentes activos, lo que permite que sus indicaciones medicinales y la de sus derivados sean múltiples, permitiendo que la industria farmacéutica elabore anestésicos, antiespasmódicos, antitusígenos, eutimizantes, ansiolíticos, hipnóticos, sedantes, oncológicos (en la medicina paliativa mitigante del dolor fuerte en las afecciones principalmente cancerosas). 
Es decir, su uso está extendido en la psiquiatría y la medicina clínica en general.
En 1961 la convención de las Naciones Unidas para la fiscalización de drogas, Undcp, prohibió el cultivo de amapola para propósitos diferentes a los médicos y científicos (los exclusivamente producidos y avalados por las multinacionales farmacéuticas). 
En 1998 la ONU los líderes mundiales suscribieron un acuerdo para acabar en 10 años con el cultivo de la amapola, proyecto que nunca prosperó. El protocolo de 1953 que anteriormente fijaba el número de países autorizados a cultivarla legalmente, fue derogado por la Convención Única sobre los estupefacientes de 1961, lo que permitió la entrada a otros países entrar al cultivo licito, lo que plantea el gobernador de Guerrero.
Australia, India, España, Turquía, Hungría, y Francia son los países autorizados para cultivar plantas de amapola y producen opio en forma lícita y bajo el control del gobierno para abastecer la demanda farmacéutica dirigidas a la producción de fármacos.
La India cultiva amapola para producir codeína, la que exporta a Estados Unidos y Japón; Australia produce materias primas derivadas del opio entre ellas la paja de adormidera, la que también es producida por Turquía. España cultiva paja de adormidera en Andalucía. 
En los campos de Cádiz, Sevilla, Málaga y Córdoba se localizan los sembrados de paja de adormidera más grandes de Europa abasteciendo a la empresa Alcaliber, del grupo Abelló, la única industria española autorizada para producir morfina y codeína. Y desde 1975 destina varias toneladas para producir jarabes. El monopolio farmacéutico español era considerado el quinto productor mundial de opiáceos y el segundo de Europa en cultivos de adormidera.
En la refinación de opio, Eslovaquia es el quinto productor mundial legal de morfina. La heroína es producida y exportada principalmente por Pakistán y Birmania. La India fabrica buprenorfina (empleado en medicina para aliviar los dolores que van de moderados a severos). 
En la actualidad la producción ilegal se concentra en Afganistán y Myanmar, que en conjunto, representan cerca del 90 por ciento de la producción ilícita mundial de opio en los últimos años. Y en América Latina el cultivo de Amapola y la producción de opio ilegal se concentra principalmente en Colombia y México, donde Guerrero, juega un papel destacado; le siguen Guatemala, Perú y Venezuela.
La propuesta del gobernador es interesante y debe debatirse en distintos foros temáticos, de tal manera que se identifiquen correctamente los beneficios y contras que pudieran presentarse en este fenómeno de la droga, que conjunta pobreza, criminalidad, violencia y millones de dólares como ganancia. Bienvenido el debate.   

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