MEMORÁNDUM

*** El temor a correr riesgos

Gerardo Ruano Cástulo
Eran dos ranitas muy unidas. Las mejores amigas del mundo. Iban a la misma escuela y vivían en el mismo barrio. Por las tardes se reunían para jugar. Un día, el entrenador deportivo se acercó a una de ellas y le dijo: “He visto tus aptitudes, y quiero proponerte, que me permitas entrenarte, para que logres hacer el salto triple”. Una de las suertes más difíciles en el mundo de las ranas.

“Me encantaría entrenarte para que seas parte del equipo nacional de actividades extraordinarias”. La ranita agradeció al entrenador, pero le dijo que mejor entrenara a su amiga. De hecho, le habló a la otra ranita, quien gustosa, aceptó ir al entrenamiento.
El entrenador le dedicó tiempo y le transmitió sus mejores enseñanzas. El resultado  fue más allá de lo esperado. La ranita tenía progresos impresionantes.
Al cabo de un tiempo, se efectuó el evento especial de actividades súper extraordinarias. El estadio estaba lleno a reventar. En escena, la ranita más fantástica realizando el salto triple, de una forma magistral.
En las graderías; estaba una ranita, con un pensamiento en la cabeza: “Debería ser yo, quien estuviera ahora, allá en el escenario”. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
Uno de los grandes enemigos del éxito es el miedo. Específicamente, el miedo a arriesgarse. Las oportunidades tocan a la puerta; pero ésta no se abre por falta de autoestima o confianza en uno mismo. Por esa situación, existe miedo al fracaso. Se huye al ridículo y a la vergüenza.  
Hay un mundo que hipnotiza a la gente. Se le llama zona de confort. Donde todo es más de los mismo. No existe apertura para nuevas oportunidades. Es el sitio, donde se cree vivir satisfechos, porque no se molesta al vecino, ni se tiene deuda alguna. Es el imperio del conformismo.
La situación actual de nuestro estado, nos indica con claridad, que desde la zona de confort no se van a resolver los problemas. Que la indiferencia, lejos de contribuir, se convierte en parte del problema. Del mismo modo, quienes gastan en energías en situaciones que no aportan.
Cuando veo, a un Gobernador que va a Zihuatanejo y emprende acciones con los turisteros; que está en el Acapulco rural entregando fertilizante; que en el Ocotito, municipio de Chilpancingo, pone en marcha una obra de agua, que significará un gran impacto social; me queda claro, que Héctor Astudillo Flores es congruente con lo expresado desde el primer día que asumió la Gubernatura.
Su llamado fue al trabajo. Y lo que mejor sabe hacer el Gobernador de Guerrero, es trabajar. En ese sentido, creo que la oportunidad toca a la puerta. Éste gobierno es para la gente que gusta de trabajar. Por eso, pronto puso en marcha el Instituto Estatal del Emprendedor.
Los tiempos son complicados. Nadie lo duda. El punto es, que la única forma de salir adelante, no es mediante la confrontación, la crítica y las desgastantes movilizaciones. Esto, requiere de trabajo. Y eso es lo que propone, todos los días, el Gobernador Héctor Astudillo Flores.
EN OTRO ÁMBITO. Buena labor realiza el subdirector administrativo del Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense de Chilpancingo, Omar Salazar Flores. Es así, porque su prioridad es aportar a favor de la mejor atención. De la misma forma, por la adecuada aplicación de los recursos. Y mejor aún, en obras y servicios que generen un beneficio directo a la gente; tal y como se ve, en el espacio aledaño al Centro de Atención, mismo que hoy se amplía, para que más gente, que no tiene acceso al albergue, pueda pernoctar ahí. Creo, que la mano sensible de Omar Salazar, se deja sentir en el HMNG de Chilpancingo. Esa es la cuestión.

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