Conciencia Religiosa, ¿Lastre o Bendición?

Autor: Julio César Ocaña
Presentación: Librería El Partenón, Acapulco, viernes 17 de junio 17:00 horas 
Comentan la obra: Manuel Zamudio Castañeda, Pilar Pérez Gutiérrez y Jorge Luis Falcón Arévalo
Sinopsis:

¿Cómo y por qué surge la conciencia religiosa? ¿Cuáles son sus causas sociales e ideológicas? ¿Ha sido la conciencia religiosa una bendición, o más bien un lastre para el desarrollo humano y social de los pueblos del mundo? ¿En qué forma y  en qué medida ha contribuido dicha conciencia a la mejora o al deterioro de las condiciones de vida del hombre en sociedad? ¿Hasta qué punto ha sido la conciencia religiosa un catalizador de la lucha y el avance social, o por el contrario ha representado un obstáculo para ambos, así como para la propagación de ideas progresistas en el seno de la sociedad? ¿Cuál ha sido el rol que ha jugado la conciencia religiosa en el proceso histórico de México? ¿Es posible la lucha conjunta entre creyentes y no creyentes en aras del bienestar común, del cuidado y la defensa del medio ambiente, de la equidad y la paz con justicia y dignidad? ¿Es preciso ser ateo o agnóstico para ser progresista? ¿Es necesario ser creyente para ser espiritual y benigno? 
En este ensayo, el autor pretende abundar en tales cuestionamientos y plantear algunas hipótesis que contribuyan, así sea modestamente, a verter un poco más de luz en tan complejo tema. La ocasión para ello la ofrece el análisis de las premisas materiales e ideales para la propagación del socialismo científico en México bajo condiciones de una acentuada conciencia religiosa en la sociedad mexicana durante la primera mitad del siglo XX.  
Los faros teórico–metodológicos que orientan este esfuerzo analítico se hallan primordialmente en los descubrimientos y las propuestas de los científicos y pensadores alemanes Carlos Marx y Federico Engels, cuya cosmovisión y perspectiva histórica conservan una vigencia y frescura sorprendentes, particularmente sus observaciones y críticas fundamentales a la economía y a la sociedad capitalista en general. Esto último, a pesar de los ataques y denuestos ideológicos y propagandísticos que retomaron fuerza a raíz del derrumbe del impropiamente llamado «socialismo real».

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