OPINION

Sigue el vandalismo

Por Manuel Tello Zapata
Nuevamente los extremistas que se dicen maestros de la CETEG, realizaron acciones de vandalismo ayer en Chilpancingo. El grupo comandado por Reyes Ramos agredió a pedradas el edificio del Congreso local, a su paso por el bulevar Vicente Guerrero, causando daños a las ventanas del inmueble. Afortunadamente ninguno de los trabajadores o diputados sufrió heridas por la lluvia de piedras.

El otro grupúsculo, que comanda Antonia Morales, tomó por su parte el edificio Álvarez ubicado en pleno centro de la capital. Un día antes paralizaron el palacio municipal, que fuera saqueado por estos sujetos cuando lo tuvieron tomado, robando equipo y dinero en efectivo por más de treinta millones de pesos ¿Se trata de maestros en verdad, o simples delincuentes?
Los mismos medios que apoyan a estas movilizaciones reconocieron ayer que ya son muy pocos los cetegistas que están movilizados, no más de doscientos marcharon en el bulevar; no más de doscientos tomaron el edificio Álvarez. Ayer hubo más bloqueos en algunas calles céntricas de Chilpancingo y los hicieron padres de familia de un jardín de niños y la escuela José María Morelos, en una supuesta demanda contra la reforma educativa y que no se despida a tres maestros de esa institución. 
Los padres de familia que actúan de esa forma en no más de tres escuelas, lo hacen para que los maestros no dejen de dar clases a sus hijos y en lugar de que se vayan a las calles, ellos ocupan ese sitio. Ahora sí que los padres de familia son presionados por los mentores, que darán clases pero ellos deben protestar en su lugar. Vaya pues.
A estas acciones, que generan cada día más molestias entre la sociedad civil que si nunca apoya las causas cetegistas mucho menos lo hará mientras continúen cometiendo vandalismo; a estas acciones se sumó ayer lo que hicieron seudo maestros en Comitán Chiapas, donde detuvieron a seis Maestros de avanzada edad y los humillaron de manera flagrante, rapándolos públicamente entre burlas e insultos para estas señoras y señores, cuyo único delito es que no suspenden las clases en sus respectivas escuelas. Hágame usted el fabrón cavor. Las autoridades no deben dejar que este delito quede impune como tantos más.
Por otra parte, cada día resulta más indignante la toma de la plaza cívica capitalina por parte de las huestes que comanda una seudo maestra corrupta, pero buena pastora de ovejas: Antonia Morales. La explanada donde cientos de niños con sus respectivos padres solían disfrutar la tarde con juegos y sus bicicletas, triciclos, etc., hoy es un muladar lleno de casas de campaña vacías, negocios ambulantes de artesanías y otros productos, y está convertido en un gran estacionamiento de los cetegistas.
Es una auténtica vergüenza que la capital del Estado sufra esta situación, sin que las autoridades hagan algo para desalojar a esos vividores, que luego de saquear el Ayuntamiento continúan haciendo gala de impunidad en un sitio de esparcimiento público. Es necesario que se aplique ya la mano firme, no mano dura, como dijo el Gobernador Héctor Astudillo Flores, y se solicite con la fuerza pública que ,de grado o por fuerza, los bandidos que se cobijan bajo una bandera de maestros, desalojen la plaza cívica, antes de que lo haga la sociedad civil, harta de tanta impunidad.
No es posible que en Guerrero un grupúsculo como la CETEG mantenga en jaque a las instituciones y a la sociedad civil, cuando en Oaxaca, donde la CNTE era en verdad un monstruo con más de 25 mil militantes, se puso orden en cuanto le acabaron la tolerancia al Gobierno. Hoy Oaxaca ya no es rehén de los dirigentes de la Sección 22, muchos de los cuales ya están en la cárcel purgando el castigo a sus actos delictuosos. En Guerrero se debe cumplir con las órdenes de aprehensión y santo remedio: los demás pondrán sus barbas a remojar.

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