EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

Los Que Sepan Música…

Por Ramón Durón Ruíz (†)
Se dice que era un mago del arpa. En la llanura de Colombia no había ninguna fiesta sin él. Para que la fiesta fuese fiesta, Mesé Figueredo tenía que estar ahí con sus dedos bailadores que alegraban los aires y alborotaban las piernas.

Una noche... de camino a una boda, él en una mula y encima de otra mula su arpa, cuando unos ladrones lo atacaron y lo molieron a palos. A la mañana siguiente alguien lo encontró, estaba tendido en el camino... más muerto que vivo y entonces dijo con un hilo de voz:
––Se llevaron las mulas... se llevaron el arpa –tomando aliento, se rio– y dijo: ¡Pero no se han podido llevar la música!”1 
HOY, inicia tú día cantándole a la vida, al amor, a la felicidad, a la alegría, al entusiasmo; que ninguna adversidad tenga la fuerza de llevarse tu música interior. Todos nacemos en lo más íntimo de nuestro ser con música de vida, no dejes que se pierda, porque ésta tiene la magia, mediante un estado de relajación, de abrir el espíritu para que armonizándote con el universo, te prepares a recepcionar los mensajes y bendiciones que la vida tiene para ti. Recuerda que la música te hace fuente de creatividad, te sana y te transforma propositivamente, reencontrándote con tu ser interior.
Los viejos de Güémez amanecen cantando y chiflando, ¿será porque, al fin sabios, conocen que es una manera de encontrarse con ellos mismos, que la música es una herramienta poderosa por medio de la cual el alma y la conciencia animal se manifiestan sobre la Tierra?, su efecto armonizador es instantáneo, “es un poderoso impulso cuya vibración produce movimientos en el espacio, desencadenando poderes en el hombre”2, es un regalo para el corazón y el alma. 
El elemento esencial de la música es el AMOR, y ¿qué es el AMOR, sino una fuerza vital que mueve positivamente todas la energías?, cuando tienes la habilidad de utilizar la musicoterapia abres los canales espirituales, enriqueces la potencialidad de las emociones fortaleciendo la capacidad para crear y creer en ti mismo y en la vida.  
¿Cuándo fue la última vez que te regalaste unos minutos para escuchar la música que te agrada, esa que le da paz a su alma? HOY, DATE PERMISO de regalártelos en la primera oportunidad, entregándote a ti mismo, cerrando los ojos y olvidándote de los problemas; concéntrate en tu vida, en tus potencialidades; respira tranquilamente y lo más profundo posible; descansa y déjate llevar por esa armonía con el universo que te genera la música, te sentirás un ser renovado, potencializado en tus dones. 
La música, además de ejercer influencia sobre tu vida emotiva, te ayuda a combatir la depresión, el dolor y la angustia, alterando los ritmos eléctricos del cerebro, ejerciendo una gran influencia sobre tus estados de ánimo, fortaleciendo tus defensas contra las enfermedades, ejerciendo influencia sobre tus aspectos intelectuales, ayudándote a aprender mejor y a concentrarte en la mayor tarea de tu vida: ¡SER FELIZ AHORA!
Cuánta razón tiene Luciano Pavarotti cuando afirmaba que: “La música es el arte más directo, entra  por el oído y va al corazón”. “Escuchar música e interpretarla es concebir el milagro de conciliar nuestra totalidad, cuando lo hacemos, sin querer nos unimos al plano angelical, con vibraciones que contribuyen a purificar nuestro espíritu, sanar, embellecer, alimentar de ternura nuestra alma y cuerpo”2.
La música es un regalo de DIOS, una experiencia de amor que vale la pena gozar y vivir, te pone en contacto con los aspectos más íntimos de tu ser, que de otra manera permanecerían inexplorados; te hace más humano, más feliz, más tú mismo… más triunfador, así que inicia el día, date un buen momento regalándote música para tu vida.  
Apropósito, “Llega un pelotón de soldados al pueblo, el capitán los forma y con voz enérgica dice:
 –– ¡Firmeees...YA!, los que sepan música, un paso al frente. 
Siete soldados orgullosamente dan un paso al frente. El capitán les ordena: 
–– Váyanse de inmediato a la estación del ferrocarril… ¡A DESCARGAR EL PIANO DE MI GENERAL!”

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