La violencia de género debe prevenirse desde la niñez y la juventud


En el marco de Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, declarada por la ONU desde 1999, en memoria del asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, cada 25 noviembre, esta fecha tiene como propósito: “sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de las violencias en contra las mujeres.”

Desde hace varios años Comunidad Raíz Zubia (CRZ) viene realizando acciones informativas y formativas en la Costa Grande y otras regiones de Guerrero, con la finalidad de promover el ejercicio de los derechos humanos y constitucionales, particularmente, el derecho de las mujeres al acceso a una vida libre de violencias. 
El pasado viernes 25 de noviembre de 2016 en las instalaciones de la Escuela Secundaria Técnica N°106, España, ubicada en la localidad de El Coacoyul, municipio de José Azueta, CRZ organizó un evento informativo para sensibilizar a la sociedad estudiantil e instancias educativas y de salud, sobre el problema de violencia hacia mujeres. Ello, en el marco de los talleres informativos: “Mi Cuerpo y Mis Derechos” en el cual, a lo largo de 4 sesiones con mujeres adolescentes de 3° año venimos abordando temas relacionados con los derechos humanos de las mujeres, sexualidad, cuerpo, amor romántico y violencia en el noviazgo durante la adolescencia. En la 4° sesión reunimos a mujeres y hombres adolescentes para reflexionar sobre cómo prevenir en la adolescencia el acoso sexual y la violencia en el noviazgo, temas que se vieron expresados en las anteriores sesiones y que, a través de carteles, manifestaron sus ideas para la prevención de la violencia de género.

No es casualidad que este sea uno de los tipos de violencia más sentidos por las y los jóvenes, ya que, de acuerdo con datos de la OCDE, México ocupa el primer lugar en abuso sexual, violencia física y homicidios de menores de 14 años. Asimismo, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2014, Guerrero su bica con altas tasas de embarazo en adolescentes y niñas, la mitad de las mujeres de la entidad tuvo su primera relación sexual en la adolescencia; sin embargo, el uso del primer método anticonceptivo fue hasta casi cinco años después. 
Cabe señalar que el 19.9 por ciento de los nacimientos registrados en la entidad son de adolescentes, por ello, en el 2013 Guerrero ocupó el sexto lugar nacional, durante el 2015 se registraron 11 mil 972 nacimientos de madres adolescentes. Sin embargo, en niñas menores a 15 años esta posición se incrementa; las cifras son alarmantes pues detrás de estos embarazos en niñas y adolescentes se ubican una serie de abusos y violaciones a sus derechos humanos, donde la mayoría quedan impunes.
A partir del caso muy sonado de Williams Lee Suk, ciudadano canadiense que cometió el delito de trata de menores en Acapulco al ser grabado besando y tocando a unas niñas y con el consentimiento de los padres, muchas organizaciones señalaron que leyes de Guerrero no protegen a los menores. Por ello, se ha venido exigiendo la armonización de las leyes locales con las leyes federales y tratados internacionales, tal como lo señala la Constitución en su artículo 1°.
Otro aspecto que pone en evidencia la impunidad es la falta de garantías para tener acceso a la Interupción Legal del Embrazo (ILE) por violación, actualmente la Ley de Víctimas y la reforma a la Norma Oficial de Salud 0046, señala la violación sexual como una emergencia obstétrica y como un delito de tortura, por tal motivo, las mujeres y niñas violadas, deben tener acceso a una atención integral, oportuna y que respete los derechos de las niñas y jóvenes, esta norma señala que niñas de 14 años no requieren de la atorización de un tutor ni de la denuncia judicial para tener acceso a una ILE.
En Guerrero anualmente solo se denuncia alrededor de 400 violaciones sexuales, y de acuerdo a cifras de la Fiscalía Especializada para la Investigación de Delitos Sexuales y Violencia Familiar, de 2011 hasta agosto de 2015, ocho mujeres solicitaron una ILE y sólo a seis se les autorizó interrumpir su embarazo, la mitad fueron autorizadas en el 2015 y cuatro de ellas eran niñas entre 12 y 14 años. 
Del mismo modo, los y las adolescentes rurales e indígenas, son los sectores mas marginados en materia de cobertura escolar y de los servicios de salud sexual y reproductiva.
El pasado 23 de junio de 2016 la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres, A.C. de la Alianza Feminista integrada por organizaciones sociales (entre ellas CRZ), académicas y mujeres feministas de Guerrero, presentó ante la Secretaría Ejecutiva una solicitud de declaratoria de Alerta de Violencia de Género en contra de las Mujeres para ocho municipios, entre ellos, el municipio de José Azueta.
Se integró un grupo de trabajo para conocer la situación de violencia feminicida en Guerrero, en su informe se señaló que: “entre 2009 y 2016 hubo 2,261 mujeres víctimas de los delitos de lesiones, rapto, secuestro, desaparición, tortura, violencia familiar, violación sexual, hostigamiento sexual, otros delitos sexuales, homicidio, amenazas, trata y otros delitos análogos”. Asimismo, el Tribunal Superior de Justicia del Estado indicó 9,393  delitos, correspondiendo 4,846 al delito de violencia familiar
En ese sentido, un tema pendiente en el estado de Guerrero sigue siendo la prevención de la violencia de género desde la niñez y la juventud, y particularmente en materia de derechos sexuales y reproductivos, ya que debido a tabús, estigmas, mitos y creencias en torno a este tema, los y las jóvenes no cuentan con información clara y precisa para tomar decisiones sobre el tipo de relaciones que establecen a temprana edad; carecen de herramientas que puedan ayudar a identificar a tiempo practicas violentas y prevenir la violencia de género y los feminicidios, donde las mujeres jóvenes son un grupo catalogado como de riesgo. Por otro lado, los programas gubernamentales dirigidos a atender las violencias, carecen de un diagnóstico real y sólo se centran en alcanzar las metas convirtiéndolos en programas absurdos y carentes de impacto social.

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