MEMORÁNDUM

*** En su justa dimensión

Gerardo Ruano Cástulo
Después de ver un reportaje sobre los graves problemas que azotan al mundo, el joven fue a ver al maestro y tras platicarle de las cifras escalofriantes, le preguntó: “¿Vamos perdiendo la batalla?”.

Ante el cuestionamiento, el maestro guardó unos segundos de silencio, para después decir al alumno: “Si el mal inquieta tu corazón, si vamos perdiendo la batalla.”.
“Recuerda que el mal hace bastante ruido. Y a éste mundo, le falta la paz y armonía que ponen los corazones buenos.”. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.).
Efectivamente, el mal está asociado con el ruido y el escándalo. Por eso suena fuerte e inquieta el corazón de muchos. Es tanto, el efecto que produce, que va aniquilando la fe y esperanza. Desmotiva para hacer el bien.
El mal es experto en incrementar la ceguera y sordera. Es experto en tapar la bondad. En lograr que se minimicen las buenas obras. Los actos nobles del ser humano. Que hay muchos en el mundo.
El punto es, que el mal trabaja, pero cada uno tiene el poder de cambiar esa historia, trabajando por el camino de la bondad.
Y entrando en materia, bien recuerdo hace algunos años, el ruido que se metió en el SUSPEG. El ruido de un gobernante que buscaba imponer un dirigente a modo. Queriendo pasar por encima de la voluntad expresada en las urnas, por parte de los trabajadores.
Más de un año, el SUSPEG vivió en esa lucha por su autonomía. Luego de lo cual, se imponía el trabajo de alguien que inyectara paz y armonía. Quien hiciera un trabajo fino en pos de la unidad.
Era urgente, cimentar la línea de respeto con el gobierno. Regresar la fortaleza a la organización sindical. Es ahí, donde emerge la figura y liderazgo de Adolfo Calderón Nava.
La construcción de una candidatura de unidad y única, no fue con el objetivo de satisfacer algún apetito de poder, sino de fortalecer todos los lazos internos e ir por una etapa distinta en el SUSPEG, en donde el sello es la transparencia y la responsabilidad.
Después de varios años, se debe valorar en su justa dimensión el trabajo realizado por el hoy líder estatal del SUSPEG, Adolfo Calderón Nava, quien ha demostrado tener visión. Esa visión que le ayuda a leer el futuro. A ir pasos adelante. Por eso construyó la candidatura histórica. Y por lo mismo, llevó al sindicato a cerrar filas, en su momento, en torno al Gobernador Héctor Astudillo Flores, cuando iba en pos de la Gubernatura.
Estamos hablando de un líder que llega fuerte a su último año de gestión. Un líder que siempre ha creído en el trabajo responsable y la transparencia, como medios para garantizar la unidad y fortaleza del SUSPEG. Por esa razón, no es casual el buen nivel de aceptación que tiene entre la base y la comunicación estrecha con sus secretarios seccionales.
Por algo, el Gobernador ha estado en sus informes. Y por algo, le dijo frente a su Congreso y Consejo, “Adolfo, mi amigo Adolfo, tiene futuro con el gobierno de Héctor Astudillo.”. Esa es la cuestión.

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