MEMORIA COSTEÑA

EL MUSEO KALULE

UN CANTO A GUERRERO


Bajo el cielo mexicano
hay una estrella terrena
que refulge incandescente
como sol en primavera.

Guerrero querido y bello
que te hallas entre verdes montes,
con valles que se revisten
de oro, plata y diamantes,
sólo para recibir
a los veranos ardientes
que le han de pasar cantando
a tus mujeres sonrientes.

Tu capital Chilpancingo
cuna de la redención
que Morelos y Galeana
redactaron con amor
para libertar a mi pueblo
de aquel dominio español,
bajo el documento histórico
“Los Sentimientos de la Nación”.

Sobre las Sierras del Norte
en Teloloapan tenemos
la tecampana sonora
que canta, canta muy bello
con ángeles y serafines
que acompañan desde el cielo.

Taxco y su platería
que al mundo sonríe y adorna
con sus cerros del jumil
La Bermeja y El Huixteco,
que como fieles soldados
resguardan el firmamento.

Y en Iguala se inspira
de tener un manto divino
que representara a México
como una nación de amigos,
fue don Magdaleno Ocampo
que le dio su colorido
de blanco, verde y de rojo
adornada de amarillo
trigarante y estrellada
como cielo en el estío.

Vamos a Tierra Caliente
con sus guachas y sombreros
que adornan el Río Balsas
de Zirándaro a Guayameo
de Ajuchitlán a Tlalchapa
y de Altamirano hasta el cielo.
Y en una cascada serrana
se erigen siempre queridas,
Tlapa de Comonfort
botón de muestra florida,
que con Chilapa hermosa
se saben tan consentidas.

Bonita es la Costa Chica
Azoyú, Cruz Grande y Las Vigas,
Ometepec  primoroso
que te vistes de colores,
con Marquelia y con Copala
donde tengo mis amores.

De Cuajinicuilapa, negro,
vámonos a Maldonado
a ver a la negra Mariche
que me tiene enyerbado.

Costa Grande, costa bella
corredor universal,
con palmeras despeinadas
aguas, arenas y sal.

De Coyuca a Coahuayutla,
de Tecpan a La Unión,
me quedo en Zihuatanejo
que es de Guerrero: un amor.

Acapulco y su gente bella
alegría de los porteños,
eres orgullo caro
del Estado de Guerrero,
hermoso rincón costeño
donde “La Patria es Primero”.

Las páginas de este libro se cierran en este momento, pero la gran historia de la Costa Grande de Guerrero se seguirá cincelando cada día, de generación en generación y de municipio en municipio, pues es la ley de la vida y la regla social la que prevalece en las líneas de su devenir, en donde seguramente, el progreso, la paz, la armonía y el amor a la tierra, será el factor común que mantendrá a las sociedades costeñas, bajo un ambiente fraternal y amistoso, en el que se tendrá que preservar sus raíces históricas, sus cantos y defensa de la naturaleza, el engrandecimiento de sus capas sociales y un eterno sentimiento hacia las familias que nos dieron honor, gloria y orgullo por ser y vivir en este suelo bendito.
 En este entramado monográfico, se conjunta un rescate bibliográfico, hemerográfico y gráfico, así como una sinfonía de recuerdos, evocaciones, narraciones orales y escritas, protagonistas, testimonios y referencias que fueron tejiendo un espectro comunitario que data de siglos, para orgullo de los moradores costaneros. 
Sólo queda agradecer infinitamente la disposición inmediata, la entrega desinteresada y la pasión enfebrecida de todos los participantes, anónimos o reconocidos, que hicieron posible este documento literario.
 Con el alma en la mano, elevamos nuestra gratitud a cada personaje que regaló su tiempo y su historia, a cada geografía que ha amamantado a sus habitantes y a cada momento en que se fue pintando este paisaje natural y social de nuestra costa bella.
De nuestro corazón solamente sale la palabra… ¡graciiiassssssss!
   (Desde el hermoso “lugar de mujeres”. Raúl Román Román, El Indio de Iguala).





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