La mañana fue de fiesta y de sonrisas
con cantos celestiales en el cielo
con temblores, miradas y deseos,
con besos… y el encanto de tu pelo.
Tus ojos portaban su belleza,
tu risa resonaba por cien años
como cantos de campanas vocingleras,
como verano soleado y placentero,
entre néctares enmielados de ternura,
como trinos de pájaros de ensueño,
sublimando la belleza de las flores
y encantando el color de mis anhelos.
La magia de tus manos florecía,
el encanto de tu boca sonreía,
y enloquecido de amor te idolatraba
por la paz de tu rostro angelical,
por la unión de tu cuerpo con el mío
al fundirse dos almas en el viento,
acallando la brisa de los campos
pero gritándole al sol que yo te quiero.
Hoy como ayer…fue inolvidable
cuando el cielo alegraba sus colores
adornando la luz de tu mirada
despertando al amor de mis amores
del letargo de los besos aplazados
por la distancia, por el mar y por el tiempo.
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