MEMORÁNDUM

***Las expectativas
Gerardo Ruano Cástulo
Cuando el Gobernador, Héctor Astudillo Flores, asumió la responsabilidad; en el estado existía un clima de incertidumbre. De muy poca esperanza. No se veía luz, ante la crisis política, social e inseguridad. El panorama lucía sombrío.

Con toda honestidad, al ver el gigantesco boquete financiero; así como la enorme cantidad de protestas y actos vandálicos; si hubiésemos preguntado a la gente, si en dos años esperaban ver un estado distinto; con una vida institucional fortalecida, con armonía de los diferentes actores políticos y con buenos resultados; la mayoría, tal vez habría dicho que no.
Y la razón, nada tendría que ver con la capacidad del actual gobierno, sino con el alto grado de desconfianza y desesperanza que predominaba en aquél momento. Las gestiones anteriores, habían dejado pocas razones para creer. La fe se encontraba seriamente lacerada. Debemos admitir, que se tenían bajas expectativas hace dos años. Porque cuando alguien está contundido, difícilmente verá otro panorama.
Ese es el parámetro, que debiéramos tomar en cuenta, para valorar en su justa dimensión, lo que ha hecho el Gobierno Astudillista en éstos dos años de trabajo.
Debiéramos preguntarnos, ¿Si la gente esperaba más cruceros y vuelos al puerto de Acapulco; así como la mejor edición del tianguis turístico de la historia? ¿Los números de afluencia turística que se han venido registrando?
¿Qué si esperaba, un record impresionante en obras de infraestructura educativa? ¿Qué el DIF Guerrero, estuviera posicionado en el segundo lugar nacional? ¿Una gestión más transparente, manejo aseado de los recursos y sin causar más deudas a la entidad?
¿Qué si esperaba, que cesaran las protestas y prevaleciera el clima de armonía y trabajo? ¿Qué el gobierno llegara a todos los municipios? ¿Qué tuviéramos un gobierno a la altura de las circunstancias en tiempos de contingencia? ¿Qué se lograran cifras importantes e históricas en alfabetización? ¿Qué se incrementara la inversión privada y la obra pública estuviera en manos de más Guerrerenses?
¿Qué si esperaba, obra de servicios, carretera, hospitalaria, como se va generando? ¿Qué hubiese certeza y transparencia en la evaluación docente y selección de los idóneos? ¿Qué en suma, se viera un cambio?
Eso es parte de lo que ha logrado el gobierno Astudillista. Rebasar las expectativas, que se tenían depositadas en el nuevo gobierno. Demostrar que es posible avanzar por la vía del dialogo y los acuerdos. Que es posible trabajar de manera corresponsable. Qué los actores políticos, sociales económicos y culturales, coincidan en que el enemigo se llama inseguridad, y que para vencerle, se necesita del trabajo de todos.
Hoy, a la distancia, sería mezquino, decir de manera simple, que el Gobierno Astudillista está cumpliendo con su deber; cuando hace dos años, éramos testigos de la debacle en que se encontraba la entidad.
Poner a Guerrero en el lugar donde hoy se encuentra, no ha sido una tarea fácil. Pensarán lo contrario, quienes opinan desde la comodidad de un buen sofá.
Siempre he aceptado y creído, que los grandes líderes, los que trascienden, surgen en las crisis. Los que toman la misión de reconstruir. Es el caso del Gobernador, Héctor Astudillo Flores.

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