MEMORÁNDUM

*** Lo que hemos construido
Gerardo Ruano Cástulo
¿De qué nos escandalizamos? Si bien sabemos, que el fracaso como sociedad, radica en la suma de malas decisiones, que hemos tomado en lo individual. Hemos permitido, que crezca la deshumanización. Un hecho repudiable, es motivo de escarnio y sarcasmo. Fotografía exacta del tiempo que vivimos.

La dignidad humana está en el piso. Las imágenes difundidas en red social, de lo acontecido en Taxco, lo confirman. No solamente por la brutalidad del hecho. Sino también, el morbo y canibalismo cibernético del que hemos sido testigos.
Hemos pervertido la libertad de informar. Nos vendemos cual vil mercancía. Como si ser persona fuese cualquier cosa. Nada digno de quienes osamos llamarnos seres pensantes. Seres que están por encima de lo que habita éste planeta.
Recuerdo aquella canción, que interpretaba, Roberto Carlos, “quisiera ser civilizado como los animales”. En clara alusión, a nuestra deshumanización. Y si somos estrictos, hemos hecho todo lo necesario, para que hoy las cosas se encuentren, en un nivel elevado de violencia y muerte.
Estoy de acuerdo, en que la autoridad tiene que hacer bien su trabajo. Que se debe luchar contra la impunidad. Que quienes deban pagar por algo, vayan tras las rejas. Pero también, creo que como sociedad tenemos que hacer la parte que nos corresponde. ¿Qué ponemos hoy en manos de nuestros hijos?
¿Somos de los que nos hacemos de la vista gorda, y dejamos que otros pongan en sus manos bebidas, drogas y armas?
Hemos construido, nuestro mundo de la normalidad entre todos. Cuando aceptamos que las reglas se las pueden saltar unos. Cuando aceptamos que la escasez material se castiga y manipula. Cuando aceptamos que es mejor ser un fregón que un tonto. Cuando hemos institucionalizado frases como: “A mí nadie me ve la cara”, “ahora va la mía”, “el que me la hace, me la paga”, “de qué lloren en mi casa...; una larga lista de mensajes, que a diario se escuchan.
Hemos aceptado, tantísimas cosas, que hoy nos están cobrando la factura. Por esa misma razón, no tenemos ningún argumento válido para escandalizarnos. Para asustarnos, de un “mundo normal”, que entre todos hemos construido.
La situación actual, me recuerda aquella frase del humilde carpintero, cuando estaba colgado en la cruz: “padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Creo, que no hablaba solamente, de quienes en aquella ocasión le daban muerte. Tampoco trataba, de hacernos quedar como simples ignorantes. Sino de una visión tremenda de futuro, en el que la suma de malas decisiones, nos da como resultado lo que tenemos.
Tal vez hoy, de quienes hacen publicaciones que atentan contra la dignidad humana, podríamos decir eso precisamente: “perdónales, porque no saben lo que hacen”.
Algún día, tal vez, cuando recordemos que sólo vamos de paso, entendamos que somos parte de un mismo cuerpo. De una gran familia, llamada humanidad.
Como familia, duele lo que pasa. Como familia, la solución pasa por la unidad. Pasa por el amor. Por el amor a la humanidad.

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