Indigna a familiares de uno de los 9 ejecutados la acusación de que andaba en cosas “ilegales”


Chilpancingo, Gro., mayo 06 del 2018 (IRZA).- Durante el sepelio de Alfredo, una de las nueve personas que fueron encontradas asesinadas en la caja de una camioneta de carga, el sábado por la mañana en el Libramiento Chilpancingo-Tixtla, reclamaron airadamente al gobierno estatal por haber “criminalizado” a todas las víctimas.

Y lo hicieron porque de acuerdo a un comunicado oficial del gobierno del estado, esas nueve personas que fueron halladas asesinadas se dedicaban a la venta de productos robados, lo cual negaron.
Alfredo y otras diez personas fueron privadas de su libertad el jueves por la noche; se pedía un rescate por su liberación, y hasta el sábado por la mañana, a través de llamadas telefónicas, les aseguraban a sus familias que los liberarían en Mochitlán.
Pero eso no sucedió, los cuerpos de nueve personas (dos fueron liberadas) aparecieron sin vida en la caja de una camioneta de redilas que dejaron abandonada en la carretera de cuota que comunica a la capital con Tixtla.
Todo el sábado tocó a los familiares de Alberto reclamar su cadáver y por la noche finalmente pudieron velarlo en la casa de sus padres, en la colonia El Polvorín de esta ciudad.
Ahí llegaron decenas de vecinos, amigos y familiares de Alfredo, a quien su madre de cariño le decía “El Negro” y como también lo conocía la mayoría de personas que lo conoció.
De 35 años de edad, “El Negro” deja en la orfandad a dos jovencitos que en el sepelio no procesaban la pérdida de su padre, menos su esposa, quien hundida en llanto lo despidió en la casa donde vivieron y que se ubica a unos diez metros de la vivienda paterna.
Al mediodía de este domingo, personas iban y venían de la casa de los padres de Alfredo, a quienes externaron sus condolencias. Se apreciaba la estimación a la familia y al finado.
“No era un delincuente, no vendía cosas robadas; era un hombre honrado que trabajaba de manera honesta. Ese maldito gobierno que quiere eludir su responsabilidad y lo más fácil es desacreditarlos”, dice furiosa una familiar.
La familia de Alfredo y sus papás viven en casas muy humildes que contrastan con la versión oficial de que se dedicaba a vender productos robados, lo que ha molestado a familiares, vecinos y conocidos.
A las 2:30 de la tarde llegó hasta el funeral una carroza para trasladar el cuerpo de “El Negro” hasta el Panteón Municipal de Mochitlán, donde su madre decidió que fuese sepultado.
“Negro, te fuiste, pero pronto nos volveremos a ver”, dijo en medio del llanto su mamá desconsolada.
Ahí queda el llanto y el dolor de una familia dolida por el asesinato de Alfredo, pero “encabronada” con el gobierno estatal por acusar a su familiar de delincuente.

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