MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo
***Pacificación, ¿Por consulta?
La mirada debiera estar enfocada más alto. Desde la comodidad del sofá o detrás de un dispositivo móvil es fácil cuestionar y desacreditar. Es complicado proponer y reconocer lo que otros han hecho bien. Hay predilección por lo negativo. Por buscar la paja en el ojo ajeno. Nos cuesta ir más allá del bote pronto.

El primero de diciembre asumirá el poder Amlo. Lo mejor que podemos hacer, es desear, cuando asuma la presidencia, que le vaya muy bien. Y con ello, que le vaya bien a nuestro país. Atrás quedará la campaña y los actos mediáticos. Vendrá el tiempo de trabajo. Por ende, la gestión de los resultados.
El tema de la violencia e inseguridad no luce como tarea sencilla. Fue uno de los talones de Aquiles del Presidente Peña Nieto. No logró sofocar la guerra iniciada en el periodo de Felipe Calderón. La violencia se ha extendido por todo el país. La delincuencia organizada no sabe de colores partidistas. Y ya se vio, que hay también, a quienes no les importa agredir a Instituciones de Asistencia, respetadas y reconocidas en el mundo, como es el caso de la Cruz Roja.
Lo más fácil, tras los condenables hechos ocurridos en el municipio de Taxco, es cuestionar y desacreditar a la autoridad. Buscar culpables. Y tal vez, como lo deslizara el Vocero del Gobierno del Estado, pocos cuestionan a la delincuencia organizada. Al grupo responsable del artero crimen. El adversario a vencer está ahí. El que quiere tener el control, pasando por encima de la ley.
El Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, condenó el ataque. Ha estado cerca y atento de la situación de los lesionados. Su gobierno ha detectado a los agresores. Están haciendo su trabajo. Una tarea nada sencilla. Insisto. Porque no se trata de un asunto de partidos políticos.
Lo vemos en Acapulco, donde Morena es gobierno municipal. La tarea también es complicada. Los grupos criminales no saben, y se ve, no les interesa eso de la alternancia en el poder. Ellos están enfocados en vivir al margen de la ley.
Amlo ha anunciado la creación de la guardia nacional. La seguridad y la lucha contra la delincuencia organizada, quedaría en manos de la milicia. Mensaje elocuente, de que el tema no está para nada sencillo.
El escenario parece hacer imperativa la coordinación estrecha entre municipios, estados y federación. La sociedad civil no puede permanecer al margen. La gestión de más oportunidades para los jóvenes es importante. Pero, es evidente, que la delincuencia va más allá de los programas sociales.
La alternancia en el poder no es por si sola, el ingrediente que garantice el cambio. Que traiga como por arte de magia, la pacificación. Menos aún, cuando en el lenguaje se aprecia la falta de unidad. La separación de buenos y malos.
Nadie, en su sano juicio, puede sentirse satisfecho, ante lo que está pasando. Por lo mismo, es importante observar, que esto va más allá de partidos políticos. Desde el terreno municipal, los de guinda, ya toman nota de la complicación.
Amlo, debe saber, que la pacificación del país, no llegará por medio de una consulta. Desde el ruedo, la vista es distinta. Desde afuera, es sencillo pedir cabezas. Los tiempos reclaman soluciones; no incrementar los problemas. Es mezquino negar, la construcción del camino del dialogo y trabajo, que ha gestionado el gobierno Astudillista. Esa es la cuestión.

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