ZONA CERO

*Empleados del ayuntamiento de Chilpancingo levantan plantón
*Los afectados los ciudadanos y comerciantes del centro
Roberto Santos
No había de más. Aceptar el incremento del 5 por ciento a todos los trabajadores era lo mejor a perder su empleo. Los trabajadores y sus líderes tuvieron que aceptar algo mucho menos que lo que pedían y levantar su plantón.

Es claro que un motivo es la falta de recursos del ayuntamiento capitalino, pero la Junta de Conciliación y Arbitraje había señalado días antes que dicho paro laborar carecía de sustento legal y con ello era factible que a todos los que no se presentaban a laborar les rescindieran su contrato y valga la expresión: ¡a volar palomas!
Como el presidente municipal no se caracteriza por mostrar afanes vengativos ni ser una persona que actúe basado en reacciones emocionales, no se les levantaron actas por abandono de trabajo ni a persona alguna le quitaron su empleo, tan difícil de conseguir en estos días.
Es cierto que la intervención del gobernador Héctor Astudillo Flores fue valiosa y la disposición del líder del Suspeg David Martínez Mastache, así como la buena voluntad de Toño Gaspar hizo posible la propuesta del primer edil para lanzar la oferta del 5 por ciento de incremento, y que derivó en el levantamiento del plantón.
La propuesta contempla incrementar el salario a todos, como ya se ha dicho. No solo a los sindicalizados sino a quienes nadie los defiende y ganan sueldos raquíticos. 
Claro que la buena disposición de los trabajadores ayudó a que esto terminara y dejaran de afectar a los comerciantes instalados en el centro, cuyas pérdidas se cuantifican en miles de pesos.
Es lastimoso que haya líderes con salarios de casi 18 mil pesos quincenales y otros 600 pesos. 
Pero a los líderes les interesa ganar más y no se han preocupado por enarbolar la bandera de aquellos trabajadores de sueldos miserables. 
Si la idea del presidente municipal es la de nivelar los salarios, es decir que nadie gane más de lo que le corresponde y que tampoco sea por componendas políticas coyunturales, tendría que ver cómo les reduce a los líderes y les aumenta a los que ganan poco.
Esa medida sería perfecta para que todos ganen lo mismo y ya no existan los trabajadores de primera ni de segunda, es decir, o todos colinos o todos rabones.
¿Alguien ganó, alguien perdió? Digamos que los actores políticos y sindicales pusieron la mejor disposición en la mesa a fin de encontrar una solución y se halló. 
Sin embargo si se perdió en la recaudación, y resultó afectado el comercio, el transporte y la ciudadanía en general. 
Solo esperemos que esto no vuelva a suceder y que las ambiciones de los líderes no afloren tan pronto.

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