TRAZOS…TIME

*Rosario Robles nunca logró ser mujer del sistema, ahora sufre
Federico Nogueda Berdeja
‘La Madre revolución era tan sanguinaria que se comía a sus propios hijos’. (Octavio Paz)
Su mayor cúspide de poder lo logró cuando sustituyó al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en la Jefatura de Gobierno, ahí no tenía a nadie arriba de ella, mandaba, era obedecida, no tuvo sobra alguna. 

Pero ahí, precisamente fue cuando se perdió, donde los cantos de sirena la envolvieron, porque sencillamente nunca había sido mujer de poder, no tenía origen, o una tradición de apellido, en ese entonces varios perredistas eran poderosos, solo bajo la hegemonía de Cárdenas.

Porque Cárdenas Solórzano, fue y es hombre del sistema, el ingeniero dio vida a varios perredistas, algunos se fueron solos, como el caso de Robles Berlanga, creyó saber nadar sola en el mar del sistema político mexicano y hoy está en la deriva sin regreso. 
Si Rosario Robles hubiera aplicado las reglas del sistema o el ABC del convivir en el régimen, es decir, no haberse apartado en ningún momento de Cárdenas, esta no estuviera sufriendo lo que hoy sufre, pero se sintió que podía y que ya tenía nombre y poder, pero sólo fue un espejismo del impacto de los cargos que ocupo, sólo eso. 
Fue solicitada por el régimen de esos momentos que querían sus servicios políticos, y cayó en las tentaciones, porque se fue sola, ellos solo le mostraron posibilidades, es decir, le hicieron creer que pudiera llegar hacer la presidente de México y también se la creyó. 
Pero en el caso, sí traicionó o no al PRD, Cárdenas y al actual presidente López Obrador con los vídeos escándalos contra Bejarano, sale sobrando, porque todo esto es parte del juego del poder, es parte de la lucha sin cuartel del poder. 
Robles perdió o cayó en desgracia, precisamente porque nunca logro ser una mujer del sistema, con los regímenes panistas y priistas con que se alió para la supuesta traición a su partido y al propio AMLO, que se dice, nunca le dieron su lugar. 
Solo fue vista como mujer que les era útil, pero nunca la perfilaron hacia esa dama política que en un futuro sería una salvación para enfrentar al fenómeno de López Obrador, era en su momento con todo respeto como un peón, que en cualquier momento del camino pudiera ser sacrificada. 
Y eso es todo, no hay persecución, no hay venganza, aunque aparentemente se vea y se sienta jurídicamente, el detalle es que Robles no fue lo suficientemente astuta para leer las trampas, o perversa para beneficiarse sin ser golpeada. 
‘No hay nada nuevo bajo el Sol’ decía el Rey Salomón, es decir, todo lo que se hace o se va hacer, ya se ha realizado en el pasado, o en algún momento de la vida en otro lugar. 
La ex jefa de Gobierno, su primer pecado fue haberse desprendido del ingeniero Cárdenas, segundo no haber aprendido las reglas de la política, y como consecuencia, tercero no lograr ser vista o haber obtenido ser personaje de peso, temida, para lograr ser considerada mujer del sistema. 
Solo era vista como de afuerita, entraba y salía, pero no se quedaba, le marcaron siempre la raya, incluso los peñistas a los que tanto sirvió, no la consideraron con esa capacidad política como para respetarla o admirarla, simplemente una circunstancia política.

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