ZONA CERO

*Los 43, a cinco años de su secuestro y desaparición
Roberto Santos
Se han cumplido cinco años del ataque y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa perpetrado por los Guerreros Unidos y la policía municipal.
Un hecho donde la ubicación de los jóvenes desaparecidos se ha mantenido en secreto.
Aparentemente las autoridades federales no han podido desentrañar el lugar donde los llevaron los sicarios de Guerreros Unidos y la policía municipal.

Para la mayoría de los interesados en el tema, este desconocimiento parece más ser un secreto de las autoridades federales y del grupo criminal que participó en los hechos.
Hoy sabemos que en Iguala se generaba un movimiento turbio, donde participaban elementos de la policía municipal que no cumplían su labor de dar seguridad a la población como servir de socios y cómplices al grupo criminal que contralaba esa zona.
Los Guerreros Unidos ya no actuaban como un poder oculto. Su proceder era abierto y sin límites operaban en contra de la población a la que tenían aterrorizada.
Hay quienes involucran a los militares y a la policía federal en las omisiones y las actuaciones en contra de los normalistas.
Esa complicidad de sicarios, autoridades y funcionarios desleales a la sociedad, derivó en lo que sería gritado después como ¡fue el Estado!
Esta patología sigue presente en el país, y dando sus podridos frutos en los estados, incrementando los asesinatos y la movilidad geográfica sin límite de empresas criminales altamente poderosas y peligrosas.
Algunos teóricos han llamado la atención a este tipo de señales en las democracias, corroídas en sus instituciones por acciones ilegales, frecuentemente criminales que se mantienen ocultas, inconfesables, de interferencias e intrusiones, que como un río subterráneo, afloran periódicamente en una serie de escándalos, que deslegitima y mina el orden republicano, como bien señala Marco Revelli en la introducción de la obra Democracia y secreto, de Norberto Bobbio.
La nebulosidad con que se ha manejado el caso, lleva plantear la hipótesis que pudo más la intención de acallar el escándalo internacional por el trauma que se generó en la sociedad mexicana y, porque hubiera sido mayor si los hubieran encontraban muertos, sobre todo por la cantidad de jóvenes.
Eso seguramente le hubiera costado el cargo al mismo presidente de la república.
Es probable que por eso haya motivado decidir mantener oculta la información del lugar donde se encuentran.
Otra vez Revelli, citando a Bobbio, menciona que la transparencia absoluta resulta imposible de  hacer realidad, porque siempre existirá un margen de opacidad debido a la naturaleza del poder, en su involucramiento con aquellas ´potencias del bajo mundo´.
Esa opacidad alcanza a quienes desde la clandestinidad diseñan las estrategias de lucha de los estudiantes.
Cabe la pregunta del por qué las investigaciones no ha alcanzado a quienes tienen responsabilidad de haber decidido enviar a los más novatos, a los más jóvenes e inocentes a la boca del lobo, a un lugar de lo más peligroso para la ellos y cualquier ciudadano, como al equipo de los Avispones, porque se sabe que ya habían sido amenazados en algún evento anterior.
Por qué los padres se callan y no piden se investigue y castigue a quienes han hecho de la normal su modus vivendi y operandi.
A los cinco años, mientras la comisión encabezada por Alejandro Encinas regresa al basurero de Cocula y al de Tepecoacuilco, emerge la voz discordante de Eliseo Villar, ex miembro de la Crac, quien se encuentra preso en la cárcel de Chilpancingo.
Él refiere conocer del lugar exacto donde se encuentran los cuerpos de los estudiantes y que es en algún lugar de la Sierra de Guerrero. Eso porque tres presos que participaron en ese hecho, saben exactamente donde los llevaron.
Señala que está información ya la posee Alejandro Encinas, Abel Barrera y Vidulfo Morales, pero se niegan a escucharlo.
Del Villar deslegitima la actuación del abogado de Tlachinollan, al señalar que está tratando de ocultar la verdad y que Abel Barrera miente en algunas señalizaciones en su contra.
Asegura que esta acción fue planeada un mes antes por parte del grupo criminal, que se reserva el lugar exacto donde están, y pide ser llevado junto con los otros tres presos para verificar la información, además de pedir al presidente de México protección para él y su familia ante el riesgo que estas declaraciones le pueden generar.
Es el momento en que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador atienda las demandas de las normales rurales del país y les cubra sus necesidades para conjurar o prevenir sucesos de esta naturaleza, y finalmente los jóvenes se dediquen a lo que están obligados a hacer: estudiar y prepararse para ser esos profesores que la sociedad demanda.

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