MEMORÁNDUM

***Páginas de trabajo en SUSPEG

Gerardo Ruano Cástulo

Siempre es una fortuna leer el evangelio bíblico. No hay, sencillamente no existe, libro que se le compare. Leo las palabras del Apóstol Pedro, y suenan proféticas; aquella vez que algunos ilusionados en lo puro material comenzaron a dejarle; entonces el maestro preguntó a los 12, ¿Ustedes también quieren dejarme?.

La respuesta de Pedro fue, insisto, profética, ¿Señor, a quién iremos, solo tú tienes palabras de vida eterna? Por eso, ahora recuerdo lo dicho por Jesús a sus discípulos, no teman a quien mata el cuerpo, sino al que mata el espíritu. ¿De qué sirve al hombre ganar el mundo, si pierde el alma? Y no necesariamente, estaría hablando de ir al cielo o al infierno; sino de lo qué hay dentro del corazón del ser humano, que es donde reside el espíritu. De nada nos sirve el poder, si se traduce en despotismo, autoritarismo y soberbia. De nada sirve, lograr metas con el corazón vacío. No es extraño, que existan ejemplos de famosos, que se terminan suicidando. No es extraño, que haya vivos, pero que están muertos en vida. Sin espíritu es difícil llegar a los objetivos. Sin espíritu no se tiene la energía más importante, para disfrutar la oportunidad de vida. El espíritu es lo que hace al ser humano trascender. Lo hace querer llegar a la cima. Querer volar. Querer romper récords. Querer llegar al cielo. En una palabra: trascender. Solo el espíritu te levanta. Te mueve. Te inspira. Cuando escribo de este tema, viene a mi mente, el nombre de David Martínez Mastache, líder estatal del SUSPEG. Sin duda, alguien que está escribiendo páginas importantes en el sindicato. Hombre que ha pasado por el tamiz del dolor. Que se ha levantado para ir a la conquista de algo trascendente. No se ha conformado, con ganar las elecciones de forma histórica. Nunca antes alguien ha conseguido más de DIEZ MIL votos. Hoy deja huella de un líder que escucha a todas las secciones. De un líder que encabeza de forma responsable las luchas. De un líder franco y transparente. De un líder que ha cambiado la imagen interna y externa de la dirigencia estatal. De un líder que cumple la palabra. De un líder que recorre el estado con enorme actitud. Eso hace el espíritu. Gran fortaleza y enorme trabajo del oriundo de Iguala, a quien con afecto, se le conoce como Mastache.