MEMORÁNDUM

***El cimiento de la unidad
Gerardo Ruano Cástulo
Cuando leí el libro “La quinta montaña”, de Paulo Coelho, me llamó la atención, el duro relato de la vida del profeta Elías. Aquél, que de acuerdo al evangelio bíblico, apareció junto a Moisés, a lado de Jesús, en el monte Tabor. Episodio, conocido como la transfiguración del Señor. Elias, es profeta de primera linea. De enorme carácter.
Por eso, en tiempos de Jesús, algunos pensarían que había reencarnado en Juan el Bautista. Pero, regresando al texto de Coelho; el exilio de Elias es durísimo. Si bien, Dios le habría salvado de la flecha del más efectivo de los arqueros. El camino en el desierto fue aterrador. No faltó aquella frase, “¿Así tratas señor a tu profeta?”. El hambre y la sed lo estaban matando. Las aves vendrían después a servirle, y mostrar que Dios no abandona. Llegaría, más adelante, al pueblo, donde una viuda le abriría las puertas de su casa. Dios escucha su plegaria, para resucitar al hijo de la viuda. Su envío a la quinta montaña, marca la diferencia. Nadie había regresado de ahí. Y regresa, para reconstruir un pueblo, que fue atacado y dejado en ruinas. Elías ya sabía que esa era parte de su misión. Pasar por el tamiz de la reconstrucción. Cuando regresa a su pueblo, que estaba sometido, su fe y carácter tenían una magnitud impresionante. El desenlace de la historia, es digna de uno de los más grandes profetas del pueblo de Israel. Recordé ese libro de Coelho, Justo ahora, en tiempos de covid-19, porque Guerrero, nuestro estado, ha caminado en medio de episodios complicados. Las desgracias se han sucedido. En años recientes, las tormentas tropicales de Ingrid y Manuel, dejaron destrucción a su paso. Luego vendría el lamentable episodio de Iguala y la desaparición de los normalistas.   El estado se convulsionó. Todo estaba fracturado. Y en ese escenario, tomó el timón el Gobernador, Héctor Astudillo Flores. No le ha tocado tarea sencilla. Reconstruir es el trabajo más demandante. Hoy, en torno a la pandemia, vemos buena comunicación entre los tres niveles de gobierno. El mandatario estatal va a las regiones. Hay coordinación con los alcaldes. Pareciera algo normal y sencillo el tema. Porque es momento de estar unidos. En Guerrero costó en serio recuperar la vida institucional. Volver a levantar los cimientos. La reconstrucción es la antesala a la unidad que se respira, en torno al liderazgo del Gobernador, Héctor Astudillo. El reto de la pandemia es endemoniado. Ni duda cabe. Aunque los menos no crean. Y ante ese trago amargo, qué hay que pasar y superar, lo mejor es la unidad. Que la reconstrucción de la vida institucional haya llegado en buen momento. Que el Gobernador haya dedicado tiempo a levantar los cimientos; en lugar de estar encima de sus antecesores. Esa es la diferencia.

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