MEMORÁNDUM

•••Adela; solo Adela.
Gerardo Ruano Cástulo
El que los trabajadores suspegistas hayan tenido que llegar a la movilización, en medio de la pandemia, habla de la insensibilidad de La alcaldesa, Adela Román Ocampo. Pero su actitud no es extraña. Durante su gestión, se ha percibido el menosprecio que tiene por los trabajadores; y en especial, los sindicalizados. Antier, ante la cerrazón de la presidenta municipal, para poder escuchar, atender y acordar con las dirigencias seccionales del SUSPEG, que convergen en el Municipio; el Líder Estatal de la Organización, David Martínez Mastache, hizo acto de presencia, en el puerto, para respaldar a sus dirigentes, encabezando la rueda de prensa, donde se expuso, que si la alcaldesa no los atendía, se movilizarían al día siguiente. Tal y como sucedió.
El tema, si bien sería la retención de ISR a la prima vacacional, el fondo es que la presidenta no ha tenido tiempo para atender los asuntos de los suspegistas. El pliego petitorio de este año, prácticamente lo ha ignorado. Y no olvidar, que cuando se registró la impresionante movilización para el rescate del ISSSPEG, salió con el chiste de que se iba arrodillar, porque no había dinero en las arcas municipales. Al final del día, tuvo que entrarle al asunto, que como autoridad, le corresponde atender; por si acaso hubiese pensado que le hizo favor al líder del SUSPEG o a los jubilados y pensionados. Pero, ni hablar del triste momento; porque hasta donde se sabía, otra vez habría dejado de pagar al ISSSPEG, pero el descuento estaría puntual a los trabajadores por ese concepto. No se trata solamente de la prima vacacional. Sino de la forma en que trata a los trabajadores. Ni siquiera derecho de audiencia para resolver problemas y peticiones de la base trabajadora. Fuera bueno, que ahora que han trabajado de forma permanente, a pesar de la pandemia, quienes están en áreas esenciales, recibieran algún apoyo o bonificación. Pero es como pedir peras al olmo. La movilización de hoy, se ha gestado con el tiempo. Producto de la insensibilidad y hasta soberbia de quien mal gobierna el puerto de Acapulco. Aún peor, que durante largas horas no los haya atendido, insisto, en medio de la contingencia; con alto grado de contagio en el puerto, y que se haya filtrado el argumento de que no sabían de la movilización. Con un poco de humildad y voluntad política, desde antier mismo, se pudo evitar la movilización, y por ende la concentración masiva. Pero siendo, quien es la presidenta, lo que sucedió, es algo normal de su gobierno. No hay mano solidaria y sensible con los trabajadores. Muy mala señal, en plena pandemia del Covid-19, que amenaza con regresar a Guerrero, a semáforo en rojo

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