*Maradona la religión de los argentinos

‘El mexicano es más feliz pero poco exitoso en el fútbol, el argentino es más exitoso en el fútbol, pero menos feliz’. (Loco Bielsa)


Si Cesar Luis Menotti fue quien revolucionó el fútbol argentino para hacerlo campeón del mundo en 1978, Maradona como parte de ese proceso vino a dar como una segunda parte de una forma de ser del futbolista argentino.

Vino hacer como una especie de caudillo, el guía, la religión y quizás en los últimos años como una adicción, quien los animaba y estimulaba como en esa derrota histórica de la goliza que les dio Colombia de 5 a 0 en las eliminatorias rumbo al mundial EU 1994.

Ahí se dieron cuenta que el ‘Pelusa’ como le decían era el Mesías para ellos, quien realmente los podía sacar de la muy cercana no calificación al mundial de 1994 y meterlos al repechaje.

Donde en el primer partido de ida empataron uno a uno, y en el de vuelta en Argentina con pase al centro de Maradona ganaron uno a cero, fue la locura en el estadio, todos gritaban Maradona el ‘salvador’, todos los micrófonos fueron para Diego.

De ahí en adelante el fútbol argentino se dio cuenta ya no de lo necesario de Maradona, sino de esa pieza que le hacia falta al engranaje o de ese proceso de triunfo que parió Menotti.

No obstante, Maradona se volvió una adicción para el fútbol argentino, se fueron a los excesos, aunque no lo reconozcan, porque se volvió una cultura arraigada hasta el tuétano del aficionado y futbolista.

La locura pasión que siempre se le ha observado al fútbol de ese país, con Maradona como un fenómeno deportivo lo duplicó, lo llevó al extremo, de ahí en adelante se inventó la cultura de todo justificarle a Diego y a los demás futbolistas de las generaciones venideras como ahora lo hacen con Leo Messi.

Pero la diferencia de Leo Messi con Maradona es, que Messi no cae en esa locura que inventó Diego, los aficionados si cae en la locura con Messi, pero él no, porque Messi es más mesurado, más frio, calculador.

Pero en ese mismo sentido, cabe distinguir en lo particular Maradona fue tres veces mejor jugador que Messi, ambos traen un don futbolístico, nada más que Diego lo desarrollo más, viene de esa naturaleza, de ese origen de eso autóctono, del llano, de esas canchas en las colonias pobres de Argentina, del barrio, de ese rose de olores y sentimientos del fútbol argentino, es de sir viene del origen.

Aunque Messi también viene de la colonia pobre, del barrio, no se desarrolló con ese origen del publico argentino, sino fue más bien proceso técnico, con método en el club Barcelona, no fue un invento, pero si una formación más fría, rascando el concepto como la creación de un producto.

Además, Maradona jugaba para la selección, y a veces no la necesitaba, lo contrario de Messi que, si la selección no juega para Messi, simplemente no funcional al cien.

Para concretar, a la muerte de Diego Maradona, puede venir un renacer del fútbol argentino, fuera de esa loquera apasionada, donde el futbolista argentino le disminuya esa soberbia, como egocentrismo que le ha dado muchos éxitos, pero también muchos odios en el mundo.

La muerte de Diego es la oportunidad del fútbol argentino para que se reconcilie con el mundo del fútbol, y solo basta recordar su paso por México cuando fue entrenador de un equipo de segunda división ‘Los Dorados de Sinaloa’, en 2018.

Cuando alguien por ahí le recordó Diego sabes que ahorita estas de visita en Querétaro, donde vive Edgardo Codesal, a lo que Diego contestó ‘no sabía que aquí había ladrones’. Prácticamente dijo que Querétaro era una tierra de ladrones.

Ya que Codesal había silbado el partido de la final del mundial de Alemania 1990, donde según los argentinos Codesal marcó un penal inexistente.

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