EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

 ¡¡Corriendo ‘Abrón!!

Por Ramón Durón Ruíz (†)

Al viejo Filósofo le encanta, le cautiva en grado extremo, el sentido de vida y la innata sabiduría, –que la cuna modesta forjó–en el agudo poeta, dramaturgo, periodista, novelista, escritor portugues y premio Nobel de Literatura José Saramago, un hombre que se reconcilió con la tarea de su vida: escribir, y al hacerlo tan fecundamente tuvo el privilegio de encontrarse con su voz… y con la nuestra; me fascina cuando define a un hijo:“Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. 

Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. 

¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo... el más preciado y maravilloso préstamo ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.”1

Después de leer tan bello mensaje, me quedo impávido, sin saber que escribir, y es que de tan galardonado y prolífico escritor, después de su partida física en junio de 2010, aumentaron considerablemente las ventas de sus libros, por una sencilla razón… huelen a sabiduría de la vida.

Eso, sabiduría, es lo que el ser humano requiere para vivir plenamente y envejecer saludablemente, para mantener una actitud positiva en el hoy y frente al mañana, para entender que “Trabajar no sólo ayuda a tu bienestar, también a desplegar los poderes que el universo te confió y obviamente a tus finanzas sanas”

¿Cuántas veces el ser humano está atado a los paradigmas? de que no se puede, no es posible, es difícil la situación, las cosas grandes no están hechas para ti, etc., prototipos que hacen que el gigante que habita en tu interior, duerma el sueño de los justos.

En Grecia al tomar vino, ponían el sentido del gusto al paladearlo; el de la vista al verlo; el del olfato al olerlo; el del tacto al tocarlo; faltaba uno… el del oído, entonces chocaron las copas para que sonaran y dijeron ¡salud!, para que participara el sentido del oído.

Así en tu vida, ten la sabiduría de hacer partícipe de tu tarea tus cinco sentidos, pero agrega los otros cinco sentidos extra corporales: el sentido de la vida, ese llega con los años; el del amor, ese está contigo desde que naces; el sentido común, las mujeres lo tienen a flor de piel, es una conexión directa con Dios; el sentido de la ubicuidad, te ubica en el hoy, en el aquí y el ahora y el sentido del humor, que te recuerda que la felicidad como “el éxito, sabe a derrota… cuando no tienes con quien compartirlo” Diez sentidos, que te dicen que no estás hecho para la mediocridad… sino que ¡estas hecho para la felicidad!

Sabiduría, es reconocer que la vida diariamente desborda oportunidades para ti, porque naciste para la grandeza, para expresar tus dones y poderes, que siempre serán mayores que cualquier adversidad.

Sabiduría, es educar a tu mente a la par que a tu alma, dándote el permiso de compartir el suficiente amor, de tal manera que al final de la jornada, seas juzgado con amor. El simple hecho de que aprendas a dar y compartir con amor, despliega el velo luz que anida en tu interior. 

Apropósito de sentido del humor, resulta que por cumplir con la frase popular “He perdido muchos sombreros… pero gorras ni una” con motivo de las pasadas fiestas decembrinas, el Filósofo asistió como invitado a varios desayunos, comidas y cenas, hecho que motivó que subiera de peso por el champurrado, los buñuelos, los tamales y el pavo, fue entonces que decidió consultar al médico del pueblo el afamado Dr. Roldán: 

—Doctor, deme una buena receta pa’ bajar de peso.

—Para comenzar, te vas a aventar diariamente ¡¡Cinco manzanas!! 

—Me parece muy bien Doctor –dice el Filósofo– ¿Verdes ó Rojas?

—¡¡CORRIENDO ‘ABRÓN!!

1.- http://www.uclv.org.ve/archives/2826

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