MEMORÁNDUM

 *Jaime; político franco y honesto

Gerardo Ruano Cástulo

Cuando a Jaime Ramírez Solís lo nombraron como subsecretario de administración de la Secretaría de Educación, el mensaje fue claro. Su llegada era para fortalecer el trabajo. Aportar, no solo en el ámbito administrativo, sino además en esa parte política que tiene el sector, dónde convergen distintas expresiones. Jaime Ramírez llegó para mejorar la relación.

Dar fluidez a las gestiones. Hacer valer el tacto y la habilidad para dar buen cauce a las demandas. Porque no llegó a un paraíso, sino a un sitio, dónde se reclama mucha atención. Estar al pendiente todo el tiempo. Escuchar, atender y resolver. Y hacerlo de manera franca; aportando a la certeza y estabilidad. Jaime Ramírez ha mostrado que sabe hacer frente a las situaciones. No les huye, ni se queja. Siempre ahí, atento a sus tareas y responsabilidades. Lleva dos años como subsecretario y de lo que se pueden quejar de él, es de su buen trato. De su calidad como persona. Cómo lo hemos anotado en otras ocasiones, Jaime Ramírez es conocido como político limpio. De carrera transparente. De trabajo eficiente. En todos los encargos que se le han conferido, nunca se le cuestionó. Siempre salió bien y por la puerta de enfrente. En la capital muchos saben quién es el amigo Jaime. El hombre accesible. Con capacidad para entender y buscar solución a los retos y desafíos. Jaime Ramírez ha hecho bien su labor en la subsecretaría, como lo ha hecho en otras responsabilidades. Por eso, son muchos quienes lo ven bien para Chilpancingo. Lo ven bien, en camino de la alcaldía capitalina. Tiene muy serios y buenos argumentos. Así es, cuando el político es honesto

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