Mujeres elevan reputación corporativa haciendo los lugares más incluyentes segun un experta

 *Las mujeres a cargo de los puestos directivos brindan una visión más amplia y compleja; además de que mejoran la reputación y presencia al exterior; aportando a las empresas un valor adicional.

“Mujeres en los Consejos de Administración” (2019), publicado por Deloitte, solo 6.5% de los puestos en estos órganos administrativos en México son ocupados por mujeres. A nivel mundial, ellas ocupan, en promedio, 16% de estas posiciones.

Una lucha de derechos civiles antecede a los espacios ganados por las mujeres en lugares directivos y de toma de decisión, esto no es gratuito, de acuerdo con Tatiana Adalid, experta en mercadotecnia estratégica y en reputación corporativa de la Universidad Anáhuac, las mujeres aportan una visión cualitativa y de valor agregado a las empresas para las que se desempeñan profesionalmente.

Sin embargo, todavía hacen falta más espacios ocupados por mujeres en el mercado actual, ya que según el análisis de la experta basado en el ránking Merco (Corporate Reputation Business Monitor), pocos puestos directivos están siendo administrados por mujeres.

“En las primeras 20 listas de reputación corporativa hay muy pocas mujeres en los puestos directivos, por ejemplo vemos el ránking de 2021 del monitor Merco; que en los primeros 20 lugares solo hay una mujer encabezando una empresa, esto se suma a otros datos de mujeres que participan en empresas; pero siguen siendo muy bajos”, destacó en entrevista con El Economista.

La presencia de las mujeres en las empresas tiene todo que ver con la reputación empresarial o corporativa, al estar viendo un área de oportunidad enorme, ya que “las mujeres en puestos directivos abren distintas vías para mejorar el funcionamiento de las empresas”, puntualizó Adalid.

La apertura a públicos diversos, ayuda a la reputación en el largo plazo, “el ambiente es complejo y cada vez más volátil, entonces tener una reputación sólida ayuda a las empresas a enfrentar este entorno con más facilidad”.

Algunos datos sugieren que “los mercados de capitalización de las empresas más grandes en Estados Unidos están vinculados con la reputación; la gente compra acciones en un precio por la reputación de una empresa y saben que van a tener una mejor calidad (de rendimientos), las personas que van a trabajar a una empresa saben que contribuirán a su sociedad, eso en términos generales”, dijo la especialista en mercadotecnia.

El camino a la visibilización

Según la propia experiencia de Tatiana Adalid el posicionamiento de las mujeres ha sido un proceso, ya que hace 18 años las empresas para las que trabajaba solo se limitaban a cumplir la llamada “cuota de género” en un 30 por ciento.

“Lo que nosotros vemos es que ha habido un avance importante de empresas y sectores empresariales en la participación y en generar las condiciones incluyentes hasta alcanzar puestos directivos”.

Pero a su juicio queda pendiente “como concebimos la participación de la mujer, además de la visión de cuál es su contribución al interior de las empresas que no necesariamente es igual a la de un hombre, por supuesto que tiene que contribuir a que la empresa crezca, generar ganancias para los accionistas, cumplir con las leyes y normas; pero debemos entender que es una visión distinta y que la contribución no se puede medir exactamente igual que la de los hombres”, destacó Tatiana.

“Es una visión no tradicional con mejores soluciones de conflicto, la segunda es la sensibilidad hacia temas sociales y de las comunidades donde operan las empresas y la tercera es una contribución social para que la empresa sea vista como un motor de crecimiento y de desarrollo para todos en la sociedad incluidas las mujeres”.

Mucho se habla sobre el papel de las mujeres en la economía, pero los cambios para la igualdad en los puestos de trabajo en México todavía dejan de lado las actividades esenciales que hacen las mujeres de forma estadística y que no son remuneradas, “su participación hace que este país camine y este país esté yendo hacia adelante, las mujeres son cabezas de empresas muy grandes, de multinacionales en algunas ocasiones, también de empresas medianas, pero también de estas pequeñas empresas que constituyen el resto del empresariado en México, cuando entendamos cuál es el valor que tiene esta presencia de mujeres en empresas, no solo como economía de subsistencia sino como el valor agregado de una mujer al frente de una empresa es como vamos a estar avanzando para este proceso de equidad”, concluyó.

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