PILOTOS
Leía en Internet la historia de un niño que viaja solo en un avión de pasajeros y de repente entran a una zona de tormenta y el aparato se sacude todo, pero el niño no muestra miedo, va tranquilo dibujando en un cuaderno…
Una dama que viajaba junto le preguntó que si no le daba miedo y el niño le contestó de inmediato: “…no señora, no me da miedo… mi padre es el piloto…”
Lo puedo ampliar y señalar que lo que el niño indica es que pone su vida en manos de su padre, seguro de que lo llevará con el mejor de su empeño y a buen final...
Eso es precisamente lo que nos falta en estos tiempos: que los chamacos pendejos entiendan que su padre y su madre son los más capacitados para guiarlos en su transitar por esta vida…
Que les entre en esa cabezota que parecen tenerla rellena de piedras o en el mejor de los casos vacía, que son sus padres los que jamás les buscarán un mal, los que no duermen cuando por las noches se salen a esas calles tan llenas de peligro…
Deben entender que los pilotos de su vida que son sus padres, están capacitados absolutamente para decidir qué es lo mejor para su futuro, siquiera hasta que sean mayores debiendo dejar de lado ese aire ridículo de superioridad que adoptan cuando se les llama la atención…
De verdad que me dá lástima un chamaco o chamaca que desprecia a esos pilotos de su vida. Ya le llegará el momento de decir: ¡cuánta razón tenían mis padres…! Así será, sólo es cosa de tiempo…
Es todo. héctor garcía alvarez
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