CUENTO
Está un grupo de mujeres de día de campo y jugando y se les va la pelota a unos arbustos. Una de ellas corre a buscarla y al levantarla escucha una voz que le pide ayuda…
--Libérame de este hoyo en el que caí, soy un genio preso en el cuerpo de un sapo. Te concederé tres deseos si lo haces… La mujer saca al sapo del hoyo y aquel le dice:
--Olvidé decirte que cada deseo que pidas le será concedido también a tu esposo, pero multiplicado por diez…
--¡No importa! Dice la mujer, aplicando la lógica de ellas: lo que es de mi esposo es mío y lo que es mío, también es mío y legalmente somos herederos uno del otro. Entonces, conviérteme en la mujer más bella del mundo…
--No te olvides --dice el sapo-- que entonces tu esposo será diez veces más bello… y ¡zaz! Se hace realidad el deseo…
--Ahora, quiero ser la mujer más rica del mundo…
--Recuerda, dice el sapo, que entonces tu esposo será diez veces más rico que tú… y ¡zaz! Cumple el deseo…
--Por último, dice ella con una sonrisa de triunfo en la boca: otórgame un “ligero” ataque al corazón… ¡já, já, já, se va a morir el cabrón de mi marido y yo seré inmensamente rica, hermosa y viuda… (hasta aquí deben leer las mujeres, quedándose con ese triunfo)
El deseo fue concedido y ella muere al no resistir ese ligero ataque, pero su marido vivió, porque su ataque fue 10 veces más ligero y queda guapo, rico y viudo...
Si eres mujer y seguiste leyendo, eso prueba que son tercas…
Es todo. héctor garcía alvarez
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