OBEDIENCIA Y CONFIANZA
Nos relata la Biblia que Jesús le pidió a Pedro que regresara la red al mar para sacar peces. Pedro y sus compañeros pescadores habían pasado toda la noche en el mar sin haber logrado sacar ni siquiera un pez y se disponían a regresar a puerto, tristes por la mala jornada…
Confiando en Jesús, Pedro le dijo:
“…en tu palabra echaré la red…”
Y la red se llenó tanto que amenazaba romperse y Pedro llamó a sus compañeros para que le ayudaran a sacar tanta pesca y dos embarcaciones se llenaron hasta casi hundirse…
¿De qué se trata este asunto? Se trata de la obediencia, de confianza. Pedro, aún cansado por la larga jornada y a punto de volver a casa, confió y obedeció…
Hablamos a nuestros hijos con la palabra de la experiencia, con la certeza de la sabiduría acumulada por los años, con el corazón en la mano y, aun así, encontramos resistencia, rechazo o les entra por un oído y les sale por el otro…
Si algo anhelamos los padres respecto de los hijos, es que sean obedientes, es que entiendan que el papel de un padre o de una madre, no es “quedar bien” con ellos, sino guiarlos. Cuántas veces hemos negado un permiso o un deseo, con verdadero dolor, reprimiendo las ganas de concederlo para no tener problemas, discusiones o alegatos…
Obediencia y confianza en los padres debiera ser la aspiración más grande de cualquier hijo o hija de familia…
Es todo. héctor garcía alvarez
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