*Anáhuac González, hablante de lengua náhuatl, participó en la sesión de la Cámara de Diputados.
Ante diputadas y diputados, Anáhuac González González, hablante de lengua náhuatl, expresó que para evitar la extinción de su lengua se requieren estrategias de recuperación y difusión, tanto en Xochimilco como en las alcaldías Tláhuac y Milpa Alta, de la Ciudad de México, desde una perspectiva integral, a través del fortalecimiento de programas ya existentes, tanto del Gobierno Federal, como en los locales.
También, la creación de incentivos para hablantes nativos, tejedoras, bordadoras, chinamperos, cocineras, médicos tradicionales, danzantes vaqueritos, pastoras, entre otros, en un esfuerzo para revertir la pérdida paulatina de estos elementos culturales.
Indicó que los idiomas nativos son sistemas de comunicación al igual que el inglés o francés, su enseñanza merece un justo valor, procurando salarios dignos para los maestros y, al mismo tiempo, la profesionalización en la enseñanza.
Este año, relató, ha generado una gran expectativa el anuncio de la apertura de la Universidad de las Lenguas Indígenas en la Alcaldía Milpa Alta, cuyo objetivo es investigar y difundir su uso, “esperamos que esta institución sea un pilar para la recuperación y preservación del náhuatl en la Ciudad de México, desde la interdisciplinariedad; es decir, que se procure no solamente la gramática y pronunciación, sino el reconocimiento de todos aquellos elementos y saberes de origen momoxca, cuitlahuaca y xochimilca”.
Destacó que el náhuatl, como lengua materna de la Ciudad de México, es un patrimonio cultural de sus habitantes, representa la herencia y esplendor de una de las grandes civilizaciones del mundo antiguo, como lo fue la cultura azteca o mexica.
Asimismo, es “baluarte de sus pueblos originarios, cuyos lagos son la evocación de la gran Tenochtitlán, que dejó admirados a los soldados españoles hace más de 500 años. Todo esto basado en el respeto y reconocimiento de la pluriculturalidad como fortaleza de este gran país y su ciudad capital”, apuntó.
Al participar como parte del impulso que la Cámara de Diputados otorga al uso y conservación de las lenguas indígenas nacionales, dijo ser originaria del pueblo de Santa Cruz Acalpixca, alcaldía Xochimilco, donde se encuentra el cerro sagrado de Cuahilama, “allá esta labrado en la roca el venerable jaguar, la mariposa de obsidiana y el calendario o cuatro movimientos; allí está mi raíz xochimilca. Estoy ante ustedes con mi enredo, faja de labor y mi tocado bordado, porque soy orgullosa mujer xochimilca”.
Los xochimilcas, mencionó, son más antiguos que los mexicas, cuyo territorio fue reconocido como un vergel desde tiempos prehispánicos por su lago y abundantes recursos, cuyo deterioro comienza con la construcción del Acueducto Porfiriano y el saqueo de sus manantiales, aunado al avance implacable de la mancha urbana. “Pese a ello hemos resistido los embates de la modernidad”.
Relató que a mediados del siglo pasado el náhuatl todavía era posible escucharlo en el mercado y en los hogares, llamándole mexicano o macehualcopa, es decir, la “lengua que habla el pueblo”, pero lamentablemente este idioma está a punto de extinguirse.
“Nuestros abuelos y padres dejaron de hablarlo ante una avasallante urbanización y la imposición del castellano, pero sobre todo lo dejaron de enseñar a sus hijos para que no sufrieran discriminación y menosprecio, para tener un mejor modo de vida”, añadió.
Anáhuac González argumentó que hoy los xochimilcas están inmersos en un mundo global y casi absorbidos por la ciudad, “somos pueblo en resistencia, nos negamos a morir culturalmente, y como nuestros antepasados seguimos cultivando en los cerros y chinampas: maíz, frijol, calabaza, sin olvidar nuestro ancestral oficio: la siembra de flores”.
Lo más importante, abundó, es que ha permanecido a través del tiempo su forma de vida lacustre y el uso del náhuatl para referirse a los cultivos, gastronomía, vestimenta, medicina tradicional entre otros aspectos relevantes. Siendo Xochimilco, al igual que las alcaldías de Tláhuac y Milpa Alta, el último reducto de la cultura originaria de la Ciudad de México.
La diputada Karla Yuritzi Almazán Burgos (Morena), en funciones de la Presidencia de la Mesa Directiva, expresó que Anáhuac González González ha dedicado gran parte de su vida al rescate y defensa de los valores autóctonos, a través de la difusión de la lengua náhuatl, la arqueología y las tradiciones de los antiguos xochimilcas.
Indicó que es egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ha sido docente en distintas instituciones educativas como el INBA, SEP, Escuela Nacional de Antropología e Historia y UNAM. Ha impartido innumerables conferencias sobre cultura nahua-xochimilca en distintos foros e instituciones académicas.
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