Incesante obligación moral; para un diario compromiso integral
“Cohabitar con una fraternidad efectiva y afectiva entre nosotros, es cultivar el corazón a corazón, para sentirnos cercanos en un mundo global, sabiendo que todos nos necesitamos entre sí”.
Víctor CORCOBA HERRERO/ Escritor
corcoba@telefonica.net
Hoy más que nunca, es indispensable custodiar el espíritu anímico de la concordia y perseverar en el diálogo, reforzar el soplo cooperante, haciendo de la diplomacia la predilecta ruta para prevenir y resolver los conflictos. Sin duda, nuestro primer deber moral es la sanación de nuestra propia existencia, en un momento en el que apenas tenemos tiempo para repensar actuaciones, a causa de una bulimia de conexiones en las redes sociales, que realmente nos dominan y nos dejan en la cuneta de los despropósitos, bombardeados por imágenes de todo tipo, a veces incluso falsas o distorsionadas, que suscitan en nosotros una tormenta de emociones contradictorias. Por ello, es menester despertar, no encerrarnos en el silencio y activar nuestra presencia, tanto física como virtual.