COLUMNA JOVEN | 01.09.09

C.P JORGE SOLÍS SANTAMARÍA
C. LUZ ESBEYDI CHÁVEZ TORRES

> PARADOJAS DE ESTOS TIEMPOS

Tenemos edificios muy grandes, pero temperamentos reducidos.
Autopistas muy amplias y puntos de vista muy estrechos.
Gastamos más pero tenemos menos.
Compramos mucho pero disfrutamos poco.

Nuestras casas son más grandes y las familias más pequeñas.
Tenemos más comodidades, aunque menos tiempo para disfrutarlas.
Poseemos más grados académicos, pero somos menos sensatos.
Adquirimos más conocimientos, aunque mostramos poco buen juicio.
Mostramos más experiencia, pero tenemos más problemas.
Disfrutamos de más adelantos médicos, aunque somos menos saludables.

Tomamos y fumamos demasiado.
Derrochamos mucho dinero aunque lo disfrutamos muy rápido, y nos enojamos con facilidad.
Nos acostamos muy tarde y nos levantamos agotados.
Leemos muy poco, vemos demasiada televisión, y sobre todo, oramos muy poco.
Tenemos múltiples propiedades, pero nuestros valores son escasos.
Hablamos mucho, amamos poco y mentimos demasiado.
Aprendimos a ganarnos la vida, aunque no a vivirla.
Le añadimos años a la vida, aunque no vida a los años.
Llegamos a la luna, pero tenemos dificultad para cruzar la calle y conocer al vecino nuevo.
Nos ufanamos de haber conquistado el espacio exterior, pero el interior de nuestras vidas esta sin conquistar.
Hemos realizado grandes, pero mejores cosas.
Limpiamos el aire, aunque contaminamos nuestras almas.
Dividimos el átomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos más, aun cuando aprendemos menos.
Planeamos más y logramos menos.
Tenemos ingresos más altos y una moral más baja.
Abundancia de comida, pero menos paz.
Muchos conocidos, pero pocos amigos.
Fabricamos computadoras con capacidad para guardar más información y producir más copias que nunca, pero tenemos menos comunicación.
Somos máximos en la cantidad pero mínimos en la calidad.
Este es el tiempo de la comida rápida y la digestión lenta.
De los hombres fuertes y de los caracteres débiles.
De los ingresos excesivos y de las relaciones superficiales.
Son los tiempos de la paz mundial, aunque de la guerra en el hogar, en los que tenemos un poco más disponible y lo disfrutamos menos.
Con más variedad de comidas y menos nutrición.
Son los tiempos de las familias con dos ingresos en el hogar, pero con más divorcios.
De casas más lujosas y de hogares deshechos, y de poca moral.
Aventuras de una noche, cuerpos con sobrepeso y pastillas que hacen todo: alegran, tranquilizan y matan.
Este es el tiempo cuando hay mucho en la vidriera externa y nada en el depósito interior.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario