LAS DENTELLADAS

Por El Tiburon

Los periodistas de verdad

El diario de mayor circulación en Zihuatanejo y anexas publicó el día de ayer un editorial titulado “los falsos periodistas”, destinado a pegarle sus chicotazos en el lomo a todos aquellos que el autor del texto considera que no reúnen los requisitos para llamarse periodistas de verdad. Respondo por que uno que otro chirrionazo me pasó zumbando por las orejas.
Por alguna razón, el editorial defiende al gobernador, Zeferino Torreblanca, un hombre que se ha destacado por una labor francamente hostil no con algunos de mis cuates que se dicen periodistas, no, se ha puesto bravo hasta con sus cuates, los de El Sur, que en los tiempos de campaña, lo defendían a capa y espada. Es un gobernante intolerante con todos los medios.
Afirma el escrito que Zeferino vino a hacer justicia, pues correteó a los periodistas que no escriben o escriben en medios que sólo circulan en las oficinas y de paso descalzonó a los medios “chicos” con su escasa circulación y les quitó sus convenios. Sólo un error le halla el editorial al gobernador presuntamente perredista: Que no le dio suficientes billetes a los que circulan más ampliamente y llegan más allá de las fronteras, o sea que no les dio más lana a ellos. Por eso –dice el análisis- los seudoperiodistas temblaban cuando veían que iba a ganar Zeferino.
Yo tengo como 18 años aprendiendo a escribir en medios locales; he conocido casi a todos los que han tenido medios chicos y grandes en este puerto y a todos, a todos, los he visto en las presidencias municipales o en el gobierno del estado, de plano pidiendo ayuda a sus cuates o vendiendo su publicidad de muy buen modo con los alcaldes o con los funcionarios de Chilpo. Claro también me tocó ver a algunos cuando ya se sentían poderosos y que llegaban amenazando con partirle su madre a los “presidentitos” para que les soltaran más billetes. Cuando hemos necesitando vender nuestra publicidad, todos, de veras todos, hasta los canonizados, arrastraron su cobija en las oficinas de los poderosos, así que nadie venga a tratar de darse golpes de pecho.
El tema no es nuevo; se ha debatido más o menos con amplitud sobre todo a raíz de que Zeferino planteó que negociaría sólo con los medios que más circularan. Y es que el tamaño de un medio y su circulación, como el tamaño del pene es relativo, siempre hay uno una milésima más grande. Un periódico que localmente es “grande” a nivel estatal es chico y a nivel nacional es una cagada.
Y es que algunos contrarios al criterio zeferinista de la circulación, decían que este criterio elevaba hasta el cielo a medios como el alarma que en tiraje no había quien lo igualara y en calidad y en aporte social pues francamente dejaba mucho que desear.
Quienes defendían esta idea decían que el criterio aplicado por el gobierno de Zeferino era bastante atrasado, que tenía que verse la calidad de los medios, su contenido, para hacer convenios de publicidad. No sólo tiraje ni sólo a los que se dedicaban a adular, sino que había que tomar en cuenta el contenido incluso de los medios “chicos”.
Según algunos respetados articulistas Zeferino no ha cambiado nada la relación prensa-gobierno. Todo está como antes, si lo criticas, te corta el convenio; te acorrala, bueno hasta te echa a sus hermanos para que te demanden y te amenacen con dejarte encuerado. Si lo adulas y le sabes llegar pues le entra contigo. Hasta ahora no conozco un solo medio que reciba lana por que Zeferino le tenga miedo o lo reconozca como muy fuerte y chingón. Nin-gu-no, todos los que tienen su “chayo” es por que se cuadran con mi general. Y si alguno lo duda, que le miente la madre y luego le vaya a pedir su cheque.
Parece que quienes hablan bien de Zeferino son sólo aquellos que les ha ido bien en el baile. Exactamente igual que con Aguirre y René y Figueroa. De igual manera, así como unos se espantaron cuando veían venir a Zeferino, ahora se espantan otros por que ven venir a los “priyistas”. No hay que asustarse, camaradas, no hay político que se resista a una humilde reverencia de un periodista de verdad.

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