LAS DENTELLADAS

Celebración religiosa a plomazos

Por El Tiburón

Usted sabe, mi estimado, que en estos rumbos nuestros de cada día, rumbos de pelaos broncos a morir, existe la mala costumbre de sacar las armas en algunos días muy especiales (y en algunos casos a cualquier hora) y tirar de balazos al aire (y hay quienes le tiran a otros cristianos) para demostrar a los nuestros la alegría, el patriotismo que nos invade y de paso para demostrarle a nuestros vecinos que estamos armados hasta los dientes. Desfilan en las descargas el papá, la mamá y hasta la abuelita sale a tirar sus plomazos, sin faltar los chamacos.
Es común que esto pase los días 24 y 31 de diciembre y el 16 de septiembre, pero los borrachos, no respetan, mi estimado, ni los viernes de crucifixión ni los sábados de gloria. El día que agarran la jarra, sacan la retrocarga u otras armas más pesadas y ¡rájale ahí te voy!
Sin embargo usted sabe cómo están las cosas, últimamente ha habido mucha presencia de militares y de policías estatales y municipales en la ciudad. Yo, la verdad, esperaba que este día 24 de diciembre nos la pasáramos tranquilos en la terraza, los que tienen terraza y en banqueta los que no la tienen, mirando las estrellas del firmamento y esperando el amanecer en amena charla con nuestros cuates, todos armados con sus respectivas chelas claras y morenas, bien frías.
Yo esperaba que los que gustan de aventar de plomazos se contuvieran por el temor de que les cayeran los soldados buscando las armas del delito, pero me equivoque, camaradas. Poco antes de las 12 de la noche, hora en que se supone nació Jesús, nuestro salvador, razón por la que deberíamos estar recogidos, con el rosario en las manos, o bien orando en la iglesia, pero justo a esa santa hora, hubo tal cantidad de balazos que parecía que estábamos en Irak o en Afganistan.
Como teníamos que salir a la calle, anduve buscando algo para protegerme la maceta por que, como usted sabe, por la ley de la gravedad, todo lo que sube, termina por bajar, menos los precios de la carne, las tortillas, la gasolina y otros artículos necesarios que de plano no obedecen ninguna ley que nos favorezca a los jodidos.
Busqué a ver si encontraba por ahí aunque fuera el yelmo de Mambrino, pero no habiendo aparecido tal pieza me puse la bacinica sobre la cabeza por que así como están de tupidos para arriba los balazos, así de tupidos están para abajo y no hay que buscarle “chichis” a las culebras.
No le miento, el año pasado un balazo le penetró en el brazo a mi vecina que no alcanzó más que a mentársela a los desconocidos culpables que la hirieron. Dice que se encontraba precisamente mirando las luces de los cohetes que aventó Silvano allá por la bahía, el pasado 16 de septiembre, cuando sintió algo caliente en el brazo, creyó que su hermano la estaba quemando con el cigarro, pero no, era una bala perdida de esas que usted, camarada, avienta cada vez que anda borracho y en los días que dije.
De todas formas yo, que soy un hombre que cree ciegamente en la ley, me dije ahorita van a comenzar los soldados y la “polecía” a acarrear a los que avientan de tiros, pero nada, mi estimado, de donde saco que a lo mejor eran los soldados y “polecías” por que nadie reparó por la balacera.
Como veo que no tenemos otra salida, propongo a todos los patriotas y a todos los que celebran el nacimiento de Jesús y el nacimiento del año nuevo aventando de balazos para arriba, que por favor, a partir del 31 de diciembre de 2009, avienten los balazos pero para abajo, nomás con cuidado no se vayan a chingar un pie.

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