“SIN FIN DE HISTORIAS”

“LA PACHANGA DE MÁMA GOYA”

(POR: RAMIRO ARTURO BARRERA MORENO)

Doña Goya Luna, tuvo 12 hijos y fue una señora muy luchona que se esforzó por que sus retoños fueran gente de bien. Su vida fue de grandes sacrificios y de tanto sobarse el lomo la pobre señora agravó de una “penosa enfermedad”, sus últimos días fueron de un terrible sufrimiento motivo por el cual sus hijos la llenaron de atenciones y verdaderamente no sabían como halagarla, aunque Goya estuviese postrada en su lecho de dolor.
Así, llego el día en que máma Goya cumpliría sus 65 años de edad y casi diez de luchar contra sus males y aferrarse a la vida, motivo suficiente para que sus hijos organizaran según sus propias palabras “un pachangón de miedo” o como dijera mi amigo don Luisito Olvera… ”un sarao de rompe y rasga”.
Y vaya que los 12 vástagos de Goya se dieron a la tarea de organizar una fiesta de resonancia más allá de nuestro pueblo, ya que desde 6 meses de antelación, comenzaron a repartirse las tareas para que tan fastuoso acontecimiento hiciera época, en una de las tantas colonias de las partes altas de nuestro querido Zihuatanejo.
Repartidas las comisiones, resulta que las más importantes fueron: para Elisa, la hija mayor, madre soltera con 5 hijos de diferente papá a quien Doña Goya le llamaba “la traviesa de la familia”, que fue la encargada de más ni menos que de la comida, consistente esta en frito de res, sancocho(Hummm… mi platillo favorito), iguana en salsa verde, aporreado , relleno de marranito y por si fuera poco una chica tinota de tiritas de pez cuche, con su chile verde en tiras y su cebolla morada y otra de machaca de marlín con sus aceitunas y toda la cosa, confeccionadas nada mas ni nada menos que por el Cheff internacional Cháncho Valevinos... A Gorgonio alias el “pelo fino”,( por que su cabellera asemeja un erizo prieto de playa la ropa ), le tocó el pastel, pero no cualquier pastelucho, ¡nooo! El señor se dio a la tarea de indagar precios, costos y sabores de un megapastel, así llego a la conclusión de que el mejor pastel, sería el de cierta casa comercial, que de emblema tiene un pájaro buchón y que no digo su nombre para que no se piense que me dan comisión, pero que para mi gusto, sus dizque pasteles saben a cartón con crema chantiyi. Pero para el paladar de Gorgonio eran los mejores y ni hablar…. De tal forma que el rico pastel seria de 12 pisos (uno por cada hijo), con su fuente de agua cristalína, juego de luces y tantos adornos que uno más y le queda ridículo.
A Pepín el microbusero, le tocaron las bebidas, para toda clase de gargantas aventureras, desde la fina coctelería, para las damas y “finos caballeros”, pasando por las clásicas caguamas para los eternos sedientos de panza chelera, hasta el alcohol del 96 rebajado con aguarrás, dedicado al esposo de máma Goya, un tal Delio alias “el palillo”, bebedor consuetudinario, prófugo de la quinta y de otros grupos más que nunca pudieron quitarle lo pedote.
Pero como en una fiesta como esa no debe faltar la música, el comisionado para tal efecto fue James Edguard, el mas pequeño de los hermanos, quien no se midió y contrató al conjunto enterito del Profe Benja Pimentel y para no quedarse atrás, al Mariachi Internacional “Los Torcazos” del merito Zihuatanejo.
Cabe decir que todas las comisiones fueron cabalmente cumplidas, aparte de que también hubo madrinas: que de recuerdos, de arreglo de salón, de brindis, bueno hasta de último regalo, como si se tratara de una quinceañera. Nada se dejo a la improvisación, aunque todos irremediablemente, hayan conseguido préstamos en “Atracamáx” o en alguna otra benemérita institución donde cobran el módico interés del 5% semanal y quedas vendido por toda tu recochina vida.
Me faltaba aclarar que Doña Goya nada sabía de la fiesta , pues era una sorpresa que su abundante prole le tenía reservada …Y por fin llegó el ansiado día, más de 300 comensales (léase gorrones) abarrotaban el gran salón de fiestas , que en el día funciona como bodega de cemento, pero que esa fecha ocultaba su mugre y lucia “majestuoso” . A máma Goya la llevaron allí con engaños, para que no sospechara , primero la emperifollaron y le dijeron …”máma te vamos a llevar al muelle y a la cancha municipal, pa que veas lo limpio que está y respires el aigre perfumado que por aí corre”, así cuando llego Goya al salón, mayúscula fue su sorpresa que casi se desmaya de la emoción.
Imagine usted mi estimado lector, como corría a raudales la comida, las bebidas espirituosas, y los refrescos para los chamacos. La gente bailaba las canciones de moda. Maaamá el mechón, préndeme el meeechón…Pa traas, paaa tras paa traas,,,, La vaaaca, laaa vaaaca, laaa misma vaaaca, y otras bellas melodías reflejo de nuestra intelectualidad e innegable cultura, como ..Aaarremangala, arrempújala o teee lavates la caaara y el mónnno no.Y la pobre Máma Goya bailo valses y hasta Calabaceado con cuanto mequetrefe se animó; al grado que casi desfallece y que tuvo que atenderla el excelentisimo Dr. Laurel, quien la reanimó diciéndole… ”chupese 3 tequilaguer y con eso se compone seño”
Cuando la fiesta estaba en su punto culminante y las copas ya hacian estragos en los contertulios, llegó el mariachi, haciendo su aparición entonando “Las mañanitas” y seguidamente “El Son de la Negra” pieza favorita de Goya… así continuaron las complacencias, hasta que los mariachis invitaron a los presentes para aventarse un “palomazo” de su ronco pecho. El primer espontáneo fue Pepín el microbusero,.. El cual con engolada voz deleitó a la concurrencia con “El Rey”, aunque a medio tramo se le atravesó un gallo y por la pena se le olvido la canción… Todo iba a pedir de boca, todos felices y contentos, el mariachi tocando y los comensales berreando y chupando como esponjas, hasta que a James Edguard se le ocurrió tomar el micrófono y dedicarle una canción a su santa madrecita, diciendo…”porfa, lej pido a loj mariachij le toquen a mi máma la bonita canjión “doj conaj a mi madre”… lEl mariachi ni tardo ni perezoso inicio la melodía…”Dooos coronas a mi maaadre al panteooón voy a llevaaar” lo que motivó un grito muy mexicano del ebrio James ¡aaayyy jaaajay…jijos de sanchoclos! mientras que los otros once hijos de doña Goya, reaccionaban de fea manera reclamándole airadamente a su hermano…”Pendejo que ya quieres cafetiar a la jefa.. que no ves que ta mala… como te atreves a decirle dende orita que le vas a llevar coronas al pantión… Como serás burro, mira ya hicistes chillar a la máma.. y otras lindezas que pasaron de las palabras a los manotones y pescozadas haciendo de esa linda fiesta un verdadero día del juicio. El pobre de James solo alcanzó a gritonear… “Puj yo puje el mariachi no… ora pa que se lej quite me lo llevo a mi casa y allá me sigo la peda”.
Así terminó la dichosa fiesta … hoy en día la tumba de máma Goya en el panteón de la Correa, luce abandonada, reseca, polvorienta, notándose que en años ninguno de los 12 hijos le ha llevado ni siquiera un méndigo cempaxuchitl..como dice el refran “el muerto al pozo y el vivo al gozo” y de Máma Goya ni quien se acuerde.
El otro día que me encontré al James Edguard y le pregunté : quiubo compa: ¿ Le has llevado a tu máma las dos coronas que le prometiste en la canción? A lo que desparpajadamente me reviró: “Le vu’a llevar dos superiores… ella no chupaba corona”

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